domingo, febrero 16, 2020

Misericors Deus Amabilis



Hace una semana, conocí a una mujer que me contó todo lo que había hecho (todos sus esfuerzos) por su hijo, el cual había caído y recaído (varias veces) en las drogas. Cuando uno ve de lo que es capaz una madre, de su capacidad de perdón, de su amor constante, es cuando comprendemos un poco lo que debe ser el amor de Dios por nosotros, por mí y por ti.

Y nosotros no podemos compararnos con el Amor Infinito. Dios es más que nosotros. Su capacidad de amor y de perdón es incomparablemente superior a la nuestra.

Esta visión de Dios bajo el aspecto del padre de la Parábola del Hijo Pródigo no debemos olvidarla. Sobre todo, los sacerdotes en el sacramento de la confesión.

Post Data: El amor de Dios si es incondicional y gratuito. Esta frase que me ha recordado Lucía, la querida comentarista, es uno de los puntos que he meditado mucho desde hace algunos días.

Lo de la incondicionalidad y lo del amor como puro don puede parecer que es un pensamiento muy trillado. Pero, detrás de esas dos características, hay un Dios que es Bueno más allá de cualquier bondad finita por grande que sea. Ahora comprendo mejor las palabras de Jesús cuando dice: Solo Dios es bueno.