miércoles, enero 20, 2021

No hay ni un gramo de pompa imperial en esta inauguración presidencial


Hoy he perdido una cierta cantidad de tiempo en una cuestión cronológica del último viaje de san Pablo. Cuando describí el tramo de Cesarea a Roma, tuve en cuenta un detalle que había olvidado completamente meses después. Resultado: me salía medio año de desfase en la cronología. Para que a ningún lector le pase lo mismo, una vez que he resuelto el asunto (con ayuda de un artículo), he dejado constancia de ese pequeño detalle en el apéndice.

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Perdonad que no haya subido más vídeos en mi canal últimamente, pero es que estoy grabando una serie de seis horas sobre la Biblia para un congreso. Seis horas sobre la Biblia entera, una panorámica.

Dentro de unas semanas, los colgaré en el canal. Hoy he puesto un nuevo vídeo titulado La Virgen María para evangélicos.

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He visto (a cámara rápida) la inauguración de la presidencia de Biden. Se me ocurren varias maneras de dar más pompa y esplendor a un acto de este tipo actos. La verdad es que el siglo XXI es bastante ramplón en cuanto a la pompa, en cuanto a ceremoniales. Un juramento, un hombre que canta, un pequeño desfile. Tiene, indudablemente, más interés ver la comitiva de coches blindados que le acompaña por las calles que todo este acto.