jueves, enero 13, 2022

Unas palabras sobre la cábala

 

Jamás en mis sermones me veréis citar ni la cábala ni el Talmud. Algunos, erróneamente, escriben en castellano cábala con esta grafía Kabbalah, como si la simplicidad de la palabra castellana para designar esta corriente, les molestara. Piensan, y no se equivocan, que una palabra de aspecto más exótico hará volar la imaginación.

La cábala es una corriente herética del judaísmo; así de claro y así de simple. Se ha extendido tanto entre las comunidades hebreas que ha tomado tintes de legitimidad, pero es una serie de doctrinas que se aleja totalmente de la enseñanza bí
blica. Esta doctrina no supone una profundización teológica en el Antiguo Testamento, sino un distanciamiento de sus enseñanzas.

Y eso sin contar con que su extensión y complejidad hace que, en la práctica, se sustituya el estudio del Antiguo Testamento por el estudio de esas tradiciones humanas erróneas.

Aunque es una impresión y no puedo afirmarlo categóricamente, me parece que se lee más el Antiguo Testamento en la Iglesia Católica que no entre estos grupos de gente muy aficionada a la cábala.

 Para confundir más a los no hebreos, se presenta como la parte mística del judaísmo. No entiendo qué tiene de místico un conjunto de enseñanzas pseudoteológicas.

Yo siempre busco lo positivo de todas las corrientes religiosas. Pero la cábala aleja de la Verdad, perdiendo al estudiante en un laberinto de doctrinas humanas que hay que aceptar por pura autoridad. Mañana hablaré del Talmud.