sábado, febrero 12, 2022

La vida, normalmente, tiene muchas pequeñas alegrías

 

Ayer tuve una agradable cena en mi casa. Un matrimonio y una señora polaca. Larga y tranquila sobremesa. Lo más interesante del menú fue la original ensalada que fue el primer plato: pepino relleno de guisantes frescos sazonados con el aceite del tartar de salmón que lo acompañaba.

Hoy por la mañana he recibido la inesperada y agradable visita de dos sacerdotes. Un viejo amigo de Madrid, uno; el otro un alemán profesor en Roma. Uno, simpatiquísimo; el otro, un baluarte de la ortodoxia.

He bendecido una casa, he celebrado misa en una parroquia y ahora saldré a dar un paseo con otro amigo a lo largo del río henares: árboles, patos, el agua discurriendo sin prisa a nuestro lado.

No todos los días disfruto de tantas relaciones sociales. Por pura casualidad se han acumulado muchas en poco tiempo. La mayor parte de mis días son jornadas en el hospital o sumido en la escritura. La mayor parte de mis días no tengo nada especial que contar.

...........................................

La foto de hoy es del certamen Sony World Photography Awards del año 2020. Es una foto formidable.

Sea dicho de paso, el modo en que ha “negociado” Putin en los últimos días da la sensación de que no quiere ningún trato. Pide tanto —en realidad, exige— que no se ve ninguna voluntad de negociar. Además, los modos verbales del Kremlin cada vez han sido más agresivos en los últimos días. 

Algunos expertos están señalando que quizá lo que hay detrás de todo esto es solo la psicología de Putin que cada vez se ve más aislado y rodeado de ultranacionalistas como él.