domingo, julio 24, 2022

Más cosas sobre la Obra

 

Yo he enviado a muchísimas personas al Opus Dei. Me ofrece una total seguridad en su doctrina. Sé que encontrarán un ambiente acogedor desde el primer día. Sus sacerdotes son excelentes directores espirituales. Y la lista de elogios podría seguir.

Alguien pensará que ahora voy a decir “pero…”. ¡Pues no!, no hay “pero”.

El que yo haya manifestado mi opinión respecto a su molde jurídico no quita todo lo demás.

Además, dicho el elogio de lo esencial, me apetece fijarme en lo accidental. ¡Qué bonita es la casa generalicia de Villa Tevere! Su iglesia es formidable, la zona de los sepulcros. Todo está realizado con el más exquisito gusto. La verdadera clase huye de las extravagancias (en el vestir pasa lo mismo) y huye del boato vano (propio de los nuevos ricos jactanciosos). La estética siempre es fruto de lo interno. Y la estética de ese lugar es, sencillamente, óptima.

Hago notar que la sede de la iglesia de la curia del Opus Dei se podía llamar “cátedra” mientras en ellos hubo obispos. ¿Se puede seguir llamando “cátedra”?

En mi opinión lo correcto sería llamarla “sede”. Pues bien, esa sede es todo un poema de belleza.