martes, diciembre 20, 2022

La Batalla del Aeropuerto Antonov

 

Los españoles estamos asistiendo delante de nuestras televisiones a la destrucción de la democracia. Hasta ahora en este blog había hablado de leyes mejores o peores, de talante, de errores. Esta vez era la independencia del último bastión que defendía la democracia lo que estaba en juego.

Lo mismo que la independencia de Ucrania se logró en la decisiva Batalla del Aeropuerto Antonov, así nuestras libertades actuales estaban en juego en la decisión que ayer tomó el Tribunal Constitucional. Si ayer ese tribunal hubiera permitido la tramitación de esa ley, nada hubiera vuelto a ser lo mismo.

Ahora los partidos condenados ponen el grito en el cielo con que los mandatos de dos magistrados están caducados y vienen a dar a entender que su decisión no era justa. Muy bien, si pensaban eso, que lo hubieran dicho hace años. Sus cargos se han prorrogado de acuerdo a la ley. No vale decirlo ahora, cuando te quitan la razón. Les guste o no, sus cargos, lo repito, sus cargos se han prorrogado de acuerdo a la ley.

Los partidos perdedores dicen que el PP no ha cumplido la constitución al no llegar a un acuerdo para renovar cargos en el Tribunal Constitucional. Que yo sepa cuando no se llega a un acuerdo la culpa puede ser de una parte o de la otra o de las dos. Esta recurrente afirmación de que si no hay acuerdo es culpa solo de una de las partes, no por repetida es verdadera. Ya se ve que la consigna era repetir mil veces la misma afirmación para que se incrustara en la mente de los votantes. Acuñar la verdad a base de machaconería. No, señores, cuando hay un bloqueo la culpa puede ser de una parte o de la otra.

La otra afirmación es que cómo podían votar dos magistrados por la suspensión de una ley que de aprobarse hubiera removido de sus puestos a los jueces con mandato prorrogado. Pues muy sencillo, podían hacerlo porque ese tribunal es la única instancia para dirimir la cuestión de la constitucionalidad de esa misma ley. Esos jueces, mientras sigan en sus puestos, tienen que juzgar: es su obligación, no es opcional. Si lo que está en juego en la ley que se presenta es la misma naturaleza neutral o no de ese tribunal, por supuesto que pueden juzgar eso porque es su trabajo. Por la misma razón que dan los partidos de izquierdas, si se presentara una ley para aprobar la retribución por jubilación de los congresistas, los congresistas afectados no podrían votarla. Y vemos que los congresistas vemos que han votado, sin problema, leyes que les afectan en muchas cuestiones de ámbito penal. ¿Por qué? Porque o votan esas leyes ello o si no quién va a hacerlo.

Aquí los magistrados afectados del Tribunal Constitucional no eran parte en el litigio que debía ser dirimido, sino que tangencialmente les afectaba porque era una ley que iba a afectar a ese tribunal entero; por supuesto que a unos más y a otros menos; pero afectaba a todos. Podrían haberse retirado si otro juez imparcial los hubiera sustituido, pero en este caso no había sustitución posible. Luego debían hacer su trabajo.

Después, y por último, está la mandanga de que este tribunal se ha inmiscuido en la soberanía nacional. No se ha inmiscuido porque ese verbo significa: meterse en un campo cuando no hay jurisdicción para hacerlo. Luego el tribunal ha hecho lo que podía hacer y lo que debía hacer si llegaba a sentenciar en ese sentido.

♣ ♣ ♣

De todas maneras, esta guerra legislativa está perdida. Basta ver la falta de reacción en la población para darse cuenta de si no es en esta batalla, será en la siguiente cuando ganen. El Tribunal Constitucional pasará a estar formado por magistrados ideologizados que, con entusiasmo, apoyarán siempre a la mayoría en el congreso que los colocó.

Cuando el pueblo no reacciona, se trata de insistir contra un alcázar, hasta que caiga.

♣ ♣ ♣

¿Pero qué pasaría si se aprueba la reforma y una coalición conservadora se hace con el control del Tribunal Constitucional? Pues lo que sucedería es que las izquierdas se echarían a la calle. Tras tres semanas de tumultos y asaltos a edificios, el presidente de la nación diría que se va a sentar a dialogar.

No, la ley hubiera habilitado a las izquierdas a tomar la Justicia. Pero los progresistas jamás permitirán el más mínimo paso en esa dirección a los conservadores, basta ver el respeto a la ley de las izquierdas en Chile.