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jueves, julio 25, 2019

Aquella época de los sellos de lacre





Hoy leído algunas cosas acerca de los sellos de lacre en la Edad Media. Interesante la reflexión de un autor de que un sello de lacre no tiene como función representar la realidad, sino que es un instrumento para crear la realidad. El sello autentifica que algo es real. El sello como veritas, como marcador de verdad.

Por eso, no todos tienen sello de lacre. El sello solo lo podían tener (y lo tienen) aquellos que pueden realizar importantes actos de jurisdicción. Si no es así, se convierte en algo decorativo. Se convierte en un objeto sustentado por nada.

Aunque no sea un sello de lacre, siempre me ha causado una sonrisa de conmiseración cuando un sacerdote se ha hecho un escudo presbiteral. Nunca han existido tales escudos a lo largo de los siglos; no todo el mundo tenía derecho a un escudo.

No me parece mal que alguien tenga un sello personal (por ejemplo, de tinta roja) para sellar sus cartas si escribe muchas cartas y quiere embellecerlas.

Los reyes, los obispos, abades, nobles, ciudades importantes podían tener sello de lacre. Ellos realizaban actos que debían ser atestiguados. Y resulta interesante la unión entre texto y sello. El sello como el que atestigua la existencia de una auctoritas. El sello como transmisión de una decisión.