Niulca preguntaba: Entonces padre, ¿cómo cree usted
que será ese nuevo orden? Pues, Niulca, te voy a dar mi opinión, una mera
opinión; respeto a los que disientan totalmente.
Cómo será la persecución contra los cristianos está claro.
Será una persecución jurídica y legal. Se denunciará ante los tribunales con las
leyes ya existentes ahora. Y las leyes serán ampliadas y adaptadas para no
dejar recovecos ni puertas escapatorias. Donde no lleguen los tribunales,
acabará llegando la ley. El primer paso será en los tribunales, el segundo paso
expansivo será en las cámaras legislativas.
De que habrá persecución, no hay duda. Ahora bien,
para que esta persecución sea la del Anticristo, tendría que haber en la
sociedad una especie de nuevo fascismo férreo peor que los anteriores. El
problema es que Estados Unidos no es el mundo y Europa está dividida en muchos
países. Hoy por hoy, no veo ni por asomo qué podría aglutinar a varios países
en una dictadura férrea.
Cierto que una nueva mentalidad social que derivara en
dictaduras nacionales podría conformar una unidad internacional. Pero hay que
reconocer que con soberanías diversas toda dictadura tiene muy limitado su
campo de acción por más que haya una cabeza directora.
Le he dado vueltas a la posibilidad de que la tiranía
del Anticristo sea una suma de dictaduras. Que, por primera vez, la Bestia tenga
como cabeza un colegio de jefes de Estado. Entre las cuales, el Anticristo
sería la cabeza de esas cabezas.
Resulta interesante imaginar una Bestia conformada por
partes independientes que actúan al unísono, como los movimientos de un banco de
peces. Una tiranía con distintos grados de dictadura según cada país. Un “cuerpo”
con distintos grados de unión a ese colegio de opresores. Sí, la idea es interesante.
La dictadura soviética actuó así respecto a los países del Comecon y del Pacto
de Varsovia.
Otra posibilidad es que en los próximos diez o quince
años haya grandes cataclismos sociales, que la revolución vuelva a enseñorearse
de las calles. Y que de allí surja una dictadura antisistema, una suma de
regímenes populares que se coordinen de un modo casi militar. Algo así como el
bolivarianismo, pero en versión europea y con mucha más cohesión que la que
mostraron Venezuela, Bolivia y Ecuador.
Pase lo que pase, veo más radicales a los europeos que
a los norteamericanos. Pienso que los Estados Unidos manifestarán más
resistencia ante un futuro nuevo orden. Se infiltrará la mentalidad, pero será
un país más celoso de su independencia.
Europa es demasiado pequeña para, solo con ella,
hablemos del reinado del Anticristo al modo en el que se describe en el Libro
del Apocalipsis. Pero si Estados Unidos mantiene su independencia formal, pero
de hecho actúa al unísono con el nuevo régimen europeo (formado por estados
independientes) eso sí que supondría un gigante coloso añadiendo a ese bloque a
Canadá, Australia y unos cuantos países más.
No veo por ningún lado del horizonte la posibilidad de
un nuevo macroestado totalitario. Veo el cambio de mentalidad, pero ni los
atisbos de un macroestado tiránico. Pero las cosas pueden cambiar en poco
tiempo si hay revoluciones. Para ello sería necesario un gran crack como el de
1929. Y, aun así, no sería fácil. Para lograr lo descrito, tendría que ser peor.
Solo en la desesperación las masas de Europa se arrojarían en manos de jefes de
Estado sin división de poderes.
En fin, esta es mi opinión. Lo que no pienso es que el
Anticristo venga de China u otro lugar. Pienso que su trono estará en Europa.