El otro día leía en María Valtorta la respuesta de
Jesús a tres discípulos que le querían seguir. Citando las palabras de Jesús acerca
de por qué le querían seguir:
--uno,
espontáneamente,
--otro
porque lo he llamado,
--el
tercero por un entusiasmo repentino
Es muy interesante la respuesta que da cada uno de
estos tres. Al primero le dice.
Prueba.
Rogaré para que seas capaz de ello.
Al segundo, le llama él mismo:
Sígueme.
Deja que los muertos entierren a sus muertos. La Vida ya te ha succionado; por
otra parte, tú lo has deseado.
Al tercero le dice:
Demasiado
arraigado en lo humano. Arranca las raíces, y, si no eres capaz de ello,
córtalas. Trabájate a ti mismo, hazte viril y
luego ven. Ahora no.
Estas tres respuestas sirven para todos los siglos,
para todas las vocaciones eclesiásticas.