Sermones en vídeo

miércoles, marzo 18, 2020

¿Crees que tengo el coronavirus?



Primero
Estimado Alfonso: En el blog, nunca doy consejos médicos. Pero, en este caso, y dada la sobrecarga del sistema sanitario, me atrevo a darte estas sencillas pautas. Dile a tu hermana que si no presenta dificultades respiratorias que se quede en casa. No hace falta que llame a ningún número para preguntar qué hacer si no hay más situaciones previas agravantes. Con esos síntomas que no tome ningún medicamento ni siquiera para cortar la diarrea. Vida normal dentro de su casa. En el caso de dificultad respiratoria u opresión en el pecho o dolor en el tórax al respirar o toser sí que hay que consultar con el médico.

Segundo
Estoy con mi novela sobre san Pablo. Me he pasado buena parte de la mañana tratando de conciliar un pasaje de Gálatas en que Pablo afirma que fue a Jerusalén catorce años después de la primera visita a esa ciudad tras su conversión. ¿El Concilio de Jerusalén tuvo lugar en el año 49 o en el 54? La respuesta a esta pregunta tiene consecuencias grandes para responder a otras cuestiones.

Tercero
La situación en el hospital sí que visualmente es de gran emergencia, sobre todo en la parte de Urgencias (que en el hospital de Alcalá es grandísima, con muchas salas muy grandes): todos van enfundados en trajes verdaderamente especiales, hay mucha actividad, más médicos que nunca y camas en lugares de tránsito. Ahora bien, aunque visualmente, la situación por la que pasamos es evidente, debo reconocer que el hospital en el que estoy ha gestionado magníficamente esta pandemia. Es decir, aunque los ingresados son tan numerosos, todo procede con orden, nadie es desatendido y las camas se distribuyen con admirable organización por las distintas nuevas salas habilitadas.

No se ve ninguna escena desagradable o de nervios o de falta de médicos o material, que es lo que siempre aparece en las películas sobre pandemias. Muy al contrario, el personal médico está compuesto por profesionales que, sin prisas, van visitando a todos y los van atendiendo sin que falten ni camas ni medicamentos ni nada.

Lo que impresiona es que, de pronto, todos van totalmente cubiertos, desde la cabeza hasta los zapatos. Y que los pasillos están desiertos, silenciosos. Por ellos solo pasea Seguridad. De pronto, un hospital donde trabajan 4 000 personas se ha convertido en una burbuja clausurada.

Además, la sala de espera de Urgencias está más vacía que nunca. Eso es de agradecer para no sobrecargar a los médicos y enfermeras. También es cierto que dentro del edificio hay tantísimos enfermos de coronavirus que el mejor modo de contagiarse sería ir al hospital. Por más que el personal de limpieza desinfecta, desinfecta y vuelve a desinfectar, es una batalla continua. Si hay unas salas que deben estar repletas de virus, esas deben ser las de Urgencias de Madrid. Pero ya más no se puede hacer. Y el personal lo acepta y no se queja. He oído en las noticias que han hecho pruebas al personal del Hospital de La Paz y el resultado ha sido que la mitad del personal médico está contagiado. Además, para que sea más meritorio su trabajo, la opinión generalizada entre los médicos a los que he preguntado es que pasar este virus no crea inmunidad. Lo cual sería terrible. Yo no comparto tan tristes expectativas. Aunque, como es lógico, no tengo ninguna razón científica ni dato que ofrecer. Pero confiando en la Providencia de Dios estoy convencido (sensación personal) de que sí que pasar la enfermedad creará inmunidad o, al menos, en la mayoría será así. ¿Razón? Dios aprieta, pero no ahoga.