Cuando el sol del
atardecer ilumina la vidriera que hay en lo alto, la imagen del Espíritu Santo
parece resplandecer de un modo, verdaderamente, celestial. ¡El Espíritu Santo
sobrevolando sobre la Cátedra de Pedro! ¡Al fondo del templo! El efecto es
grandioso. Ya no es solo bronce y dorados, ¡es luz! Luz rodeada del brillo del
oro de las nubes. Una obra de arte que predica, que habla con serenidad.
Y si se contempla desde
otro ángulo, desde el comienzo de la nave central, entonces el Espíritu Santo
parece sobrevolar sobre el Altar de la Confesión. Esa luz parece estar
enmarcada por el baldaquino de Bernini.
Respecto de las dos mujeres
que están a cada lado de la cátedra, por más que he buscado, no he encontrado
ningún artículo que hiciera referencia a ellas. Ampliando mucho la imagen me he
dado cuenta de dos cosas.
Primero: Parece
que son dos ángeles. Detrás de ellas, da la sensación de que se ven alas. En ese
caso, serían ornamentales. Espiritualmente, diríamos que los ángeles están
alrededor del primado romano.
Segundo: Tiene,
cada una de ellas, un candelabro. Esto refuerza la interpretación de que solo
tienen un sentido ornamental. Pues, en las fiestas del apóstol san Pedro, se
colocan velas en esos candelabros y se quedan encendidas todo el día. El efecto
que se quería lograr no me parece que sea muy positivo, francamente. Esas velas
encendidas no mejoran mucho tal obra de arte. Y, sin embargo, manchan muchas
partes de bronce que, después, hay que limpiar. Partes con dorados que
requieren de restauración pasados unos cuantos años. Varios años he podido ver,
al natural, el conjunto con las velas encendidas. Una buena intención, pero que
no queda bien, estéticamente hablando.
Cuando medité acerca de ese
conjunto escultórico, pensé lo bonito que sería leer, este año, alguna obra de
cada uno de los cuatro autores: Ambrosio, Agustín, Atanasio y Juan Crisóstomo. Una
lectura lenta, atenta, subrayando frases y palabras. Así, cada vez que mirara
al ábside de la basílica, cada uno de esos personajes cobraría personalidad,
cobraría vida. Sería alguien al que he escuchado. Cuando acabe de leer a cada
uno de ellos (alguna obra, no todas), compartiré aquí qué he sacado (como fruto
personal) de esa lectura.
Si alguno nos ofrece un
link donde descargar las obras (o alguna obra) de cada uno de estos cuatro
autores, más lo podríamos hacer y compartir que nos han enseñado esos cuatro
maestros.