Sigo escribiendo (como
una hormiguita trabajadora) mi novela sobre la vida de san Pablo. Como ya os
dije, contará con tres tomos cada uno con 400 páginas:
El primer
tomo empieza
en el camino a Damasco y acaba con san Pablo afincado en Antioquía. Es un gran
prólogo, extenso, donde se presenta al ser humano y a la Iglesia.
El segundo
tomo empieza
con el primer viaje apostólico y acaba en el Concilio de Jerusalén. Es un
cuadro en movimiento, cómo era un viaje apostólico, como se desarrollaban las
comunidades. Es una pintura dinámica.
El tercer
tomo cambiará
totalmente el enfoque y englobará de un modo sintético todos los demás viajes
hasta su muerte. Será un resumen personal, ya no se buscará relatar los hechos,
sino que mostrará un Pablo recordando.
El segundo tomo está ya a
punto de ser acabado, Deo gratias. Tengo los próximos meses para
redactar, sin prisa, la conclusión de esta obra que comencé hace ocho años. Ojalá
que vaya despacio y con buena letra, para hacer una obra en la que los lectores
puedan sumergirse. Una vida para deleitarse en ella. No haré algo tan genial
como La favorita (de Lanthimos) ni como El amante (de Duras),
pero espero que el ver tantas obras magistrales embellezca mi libro.