Imaginaos
a Hitler en una jaula en medio de la fiesta que pongo en el vídeo, con las
manos tapándose las orejas y los ojos, y repitiendo: “Nein, nein, nein”.
La
verdad es que el vídeo con mi comentario lo he puesto para sacaros una sonrisa.
Pero, al final, el Mal se hunde y el Bien pervive. ¿Es esto el triunfo del Bien?
Ciertamente, es un triunfo parcial del Bien en este mundo. No se puede comparar
al triunfo definitivo que ocurrirá en el más allá, pero es un triunfo. Hoy día
los unos han desaparecido y los otros han prevalecido. Al final, no es la
fuerza humana, sino la Mano de Dios lo que hace que alguien o todo un pueblo
triunfe, sobreviva o simplemente se escape.
No
olvidemos estas lecciones de la historia a la hora de plantear si interrumpimos
o no el culto a Dios en esta pandemia.