Hoy he llegado a la parte
del incendio de Roma del año 64. Pablo murió ese año o en un par más como máximo.
Ya estoy llegando al final de mi novela. Si hubiera acabado esta extensa obra
en los años 70, me la hubieran quitado de las manos las editoriales. Hoy día no
tengo claro si lograré que vea la impresión en papel.
Bien es cierto que sin
Internet no me hubiera sido posible escribir esta reconstrucción histórica. No me
hubiera sido posible de ninguna manera. Es más, solo lo es con el volumen de
estudios publicados online que existía ya hace unos diez años.
En los años 60 y 70, una
obra como esta me hubiera permitido vivir de los derechos toda la vida. Pero
también es cierto que, probablemente, no hubiera podido escribir el libro sin las
novelas que he leído escritas en los últimos treinta años. La literatura se ha
renovado, reinventado y experimentado. No, en los años 60, yo hubiera escrito
algo parecido a Quo Vadis o Los últimos días de Pompeya.
Buf, llegando ya hacia el
final. Ni me lo creo. Menudo viaje. Me quedan un par de meses de retoques y
revisiones. Pero, eso ya no será nada después de tanto tiempo, de tanto
esfuerzo. Le he ofrecido la novela incluso a la Editorial san Pablo de España y
a Paulus de Portugal. Ya veremos cuál es la respuesta.