Hoy 14 de
enero de 2021, festividad de san Fulgencio, san Dacio y san Eufrasio, he
acabado la novela de san Pablo. Alabado sea Dios. Le doy gracias porque me ha
permitido llegar al final.
Permitidme
hace un poco de arqueología. Sentimentalmente, tengo la necesidad de
recapitular. Es como llegar a la cima de una montaña. Me apetece sentarme y
contar por teléfono qué fue esta ascensión.
........................
La obra la redacté
en varias etapas.
Preparación: Hubo una prehistoria y es que, desde el año 2009, me sentí cada
vez con más devoción hacia san Pablo. Viajaba mucho a dar conferencias. Tanto en
aeropuerto, como cuando hablaba ante la gente, tanto en los preparativos del
viaje como cuando atravesaba una frontera, cada vez tenía más presente a este
santo. Continuamente pensaba qué haría él en tal o cual situación ordinaria de
esos viajes míos. Este santo se convirtió en una “presencia” en mis viajes.
La primera etapa de la escritura tuvo lugar, más o menos, en el año
2011, en Roma. Redacté, más o menos, 200 pgs. del tomo I. Tal vez llegué a
trabajar durante un mes, porque escribí y escribí a toda velocidad, sin
revisar. Una primera redacción rápida. En esa época, la novela de san Pablo no
iba a tener tomos. Todo se publicaría en un solo libro.
Primera interrupción: Yo hubiera querido seguir con
la redacción del libro, pero debía retornar a mi tesis doctoral. Esas interrupciones
eran necesarias. Me descansaban de un trabajo que me resultaba monotemático. Ese
mes de descanso, escribiendo sobre ora cosa, no fue una mala distracción, sino
un necesario descanso. Pero se hacía necesario retornar a mi tesis.
La segunda etapa, en el año 2015, duró varios meses.
Revisé lo escrito hasta entonces, que se transformó en 300 pgs. Proseguí, desde
allí, y acabé entero hasta el primer viaje. Otras 200 pgs. añadidas a las 300
pgs. iniciales. Había acabado lo que ahora es el tomo 2 y 3. Pensé que la obra
habría que publicarla en dos tomos. Mi idea era que la novela tendría 500 pgs.
hasta el primer viaje, y que los demás viajes los resumirá en 100 pgs. más. Al final, saldría una obra en dos tomos, con
un total de unas 600 pgs.
Segunda interrupción: Esta etapa creativa se interrumpió a la fuerza. Llegó el verano y
me quedé solo un mes en la capellanía del hospital. Imposible escribir ni una
página más. En los dos meses siguientes, la mitad de los días tenía que subir
al hospital. De nuevo, no fue posible dar continuidad a escritura alguna. Opté por
revisar libros ya escritos. Esa labor sí que la podía hacer con interrupciones.
Se trataba de obras ya escritas que requerían una revisión del estilo. Eso si
que lo podía hacer fragmentariamente.
Cuando llegó
el otoño, tenía, además de mi capellanía y el hospital, varios viajes. No me vi
con un espacio de un par de meses seguidos para acabar el libro de san Pablo. Así
que pospuse el acabar el libro.
Con el paso de los años, fui entendiendo que la obra se podía alargar y que eso requería un tiempo de escritura continuada. De momento, carecía de ese tiempo y preferí afrontar obras breves. Pero, además, me daba miedo meterme en una obra que presentía que iba a ser larga. Aunque nunca pensé que tan larga.
La tercera
etapa, comenzó en febrero de 2020 y la he acabado
en enero de 2021. A estallar en marzo, la epidemia del coronavirus, se produjo
el confinamiento. Yo no era párroco, tampoco era ya capellán del convento. De pronto,
me encontré con muchísimo tiempo para escribir. Durante un año entero, me dediqué
solo a la novela.
Y así trabajé a jornada completa, durante esos meses, en una obra
que acabó teniendo 2356 pgs. sin contar el apéndice.
Ahora solo
queda esperar las anotaciones de mi corrector. Gracias, Dios mío, por ver este día.