Ceremonia de
inauguración presidencial
Todas las
ceremonias de inauguración del presidente de una nación tienen una
característica común: ser ramplonas.
Creo que
habría que algo más bonito, algo que fuera agradable en los noticiarios de ese
día. En el sistema de mi libro La decadencia de las columnas jónicas, yo
lo organizaría de la siguiente manera.
En este
sistema constitucional, alguien es presidente desde el momento en que lo ha
elegido el Congreso y acepta el nombramiento. Pero la ceremonia de juramento se
hará unos días después en la fecha que el presidente decida. De tres días a una
semana parece un plazo adecuado. Pero todos los poderes los disfrutará desde el
nombramiento. La ceremonia tendrá las siguientes partes:
Llegada de la caravana presidencial. Recibimiento en la escalinata del
Congreso por parte de una delegación de los congresistas.
Sala noble del
Congreso: Situada dentro del edificio, en su
cabecera tiene una gran escalinata con tres planos, al modo de Westminster Hall
en el Edificio del Parlamento del Reino Unido.
En el plano
superior, habrá dos tronos para los monarcas. El rey y la reina estarán presentes
representando a la nación. Estarán allí como testigos del acto, sin intervenir
en ningún momento. les rodeará la Familia Real y algunos nobles.
En el segundo
plano, habrá tres grupos que representarán las tres cámaras, con los
congresistas en el centro. Habrá siete miembros en representación de cada
cámara. Un pequeño estrado de madera hará que los cuatro sentados detrás (en
cada grupo) estén situados un poco más altos y sean visibles desde abajo.
En el tercer
plano: A la derecha, estará el presidente y sus acompañantes, los que él
decida; unas diez personas. A la izquierda una delegación del Ejército, unos
diez generales. Ambos grupos estarán sentados uno enfrente del otro.
En el público
habrá cien personas representantes de las instituciones del Estado a un lado de
la sala, y otras cien escogidas por sorteo de entre toda la nación, simbolizarán
la presencia del Pueblo.
Se evitará
que la sala esté abarrotada, pues primará lo estético frente a toda otra consideración.
El presidente
de la nación se colocará en el centro y escuchará la fórmula en la que el
presidente del congreso (desde el plano superior) le pregunta si jura que cumplirá la constitución: ¿Juráis, etc. etc.? El presidente responderá: ¡Lo
juro!
El presidente
del senado le pregunta con otra fórmula si jura que se
someterá a todas las leyes que ha aprobado y que apruebe
el senado. ¿Juráis, etc. etc.? El presidente responderá: ¡Lo juro!
El presidente
del tribunal supremo le preguntará con otra fórmula si acatará todos los veredictos y disposiciones del Tribunal Supremo. Jurará de igual modo.
Entonces el
presidente del congreso le colocará el collar presidencial. Un collar grande (como el del Toisón de
Oro) que tendrá que ser atado a las hombreras del frac. Será bueno que lleve
pajarita y no corbata para que el collar resalte sobre la pechera blanca. Las
mujeres podrán llevar el collar sobre cualquier tipo de vestido.
Acto seguido,
si el presidente de la nación lo desea, darña un pequeño discurso. Se recomienda que
no sea más largo de cinco minutos. No habrá más discursos que el suyo dentro de
la sala.
En la
escalinata del congreso: El presidente tras el discurso
sale a a la escalinata del congreso. Allí es presentado
como presidente a la multitud, solo eso. Dará otro discurso. Preferiblemente que dure
unos cinco minutos. Acto seguido tiene un desfile militar.
Traslado al
Palacio Real: Tiene lugar entonces la caravana presidencial
hasta palacio. El coche presidencial irá rodeado por la Guardia
del Congreso y precedido y seguido por la Guardia Real. Los reyes recibirán al
presidente en palacio, ellos habrán dejado el Congreso tras el discurso
presidencial de la Sala Noble, para que así en la escalinata esté el presidente
y solo él, rodeado de gente, pero sin ningún otro acto que dar el discurso y
asistir al desfile. Los reyes saldrán del congreso por la puerta de la segunda
fachada, rodeados por su propia comitiva.
En palacio tiene
lugar un banquete oficial. Asistirán entre cien y doscientas personas. Se evitará que
asistan más personas para que no se masifique. Allí tendrá lugar el brindis final del rey tras la comida,
y el tercer discurso del presidente si lo desea, discurso breve como los otros, cinco minutos como
máximo. El discurso acabará con el brindis del presidente. De allí pasarán a
otra sala a tomar un café. Ya no estarán sentados, sino de pie, pudiéndose
saludar y moverse. Y cada uno se marchará de allí según lo desee.