Sermones en vídeo

viernes, abril 09, 2021

El proceso sigue su curso


Algunos de los proyectos arquitectónicos que presento en Biblioteca Forteniana pueden parecerun exceso, un ejercicio de imaginación calenturienta. De hecho, es cierto que podrían presentarse como prueba ante un tribunal de que perdí la cabeza hace ya un par de lustros. Ahora bien, hoy me he enterado de que una locura de igual tamaño a las imaginadas por mí ya es realidad en la ciudad de Hengdian. Son los Hengdian World Studios. 330 hectáreas de parque temático en las que se ha reconstruido desde el Palacio Imperial de Pekín a todo tipo de edificios y calles de la China de siglos pasados. El resultado, impresionante.

https://en.wikipedia.org/wiki/Hengdian_World_Studios

A lo largo de la historia, los proyectos como la Torre Eiffel, Versalles o muchas maravillas neogóticas londinenses se vuelven hitos arquitectónicos cuando alguien decide hacer que la locura se torne realidad. Si algún millonario con unos cuantos millones de dólares con unos cuantos cientos de millones de dólares sobrantes– me está leyendo, que se ponga en contacto conmigo.

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He visto varios vídeos de occidentales que viven en China. Muchos ellos llevan más de siete años viviendo en ese país, hablan perfectamente el mandarín y están casados con mujeres chinas. Esos vídeos me han convencido de que China es el país ideal, el mejor país del mundo para vivir. En esos vídeos todo en China es perfecto. Jamás se desliza la más mínima crítica por parte de los youtubers. Y si se fijan en algún pequeño detalle no del todo ideal –detalle que siempre será insignificante–, siempre añaden: Pero están trabajando mucho en ello para corregirlo.

Esos vídeos cuando realmente se ponen interesantes es cuando esos occidentales deciden cambiar de país de residencia y regresar a Occidente. Entonces, qué sorpresa, deciden contar la cara B del asunto. No hace falta decir esa segunda fase de los vídeos resulta mucho más interesante.

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Me ha llamado la atención que su líder supremo está llevando una política, desde antes del coronavirus, para que los extranjeros no se establezcan en China. Por supuesto que aquellos que aporten a ese país algo que su industria necesite obtendrán la visa para poder residir un tiempo. Pero para el resto, aunque ya llevaran muchos años viviendo en China, hay una creciente presión para que regresen a sus países.

En la gradual consolidación de la distopía en que se ha convertido esa gran nación, los occidentales dentro de su territorio son un problema. Y me hace mucha gracia ver las piruetas que algún youtuber español dentro de China tiene que hacer para sortear una sola y única cuestión: cómo es la vida en un Estado cada vez más agresivamente dictatorial con un partido que deliberadamente los va aislando más del mundo.