Hoy es un día plácido. Tengo fiebre.
Por la ventana veo un cielo nublado, todo el día gris, todo el día bajo una luz
débil. Hace frío. Tengo congestión nasal, tos seca.
He trabajado algo en la revisión de la
segunda parte de mi autobiografía. Hace dos días me llegó una caja con ejemplares
de la cuarta edición. Han intensificado el color de la portada. Mi cutis es más
sonrosado en esta edición.
Almuerzo sin apetito un poco del
redondo de cordero relleno que me traje de Zaragoza y ensalada con burrata
mientras veo un capítulo de la última temporada (la 32) de Los Simpson. Pero
con fiebre ni tengo mucha hambre ni muchas ganas de ver nada. Me imagino que a
media tarde la fiebre subirá y me sentaré en el sillón, abrigado con una bata y
una manta hasta la cintura.