Como estoy meditando
tanto sobre el exilio babilónico para mi nuevo libro, he subido a mi canal una segunda
charla sobre el tema:
https://www.youtube.com/watch?v=K4ThR5B2poE&t=2868s
Y creo que seguirán
otras. Ahora me doy cuenta lo poco que se predica acerca de este periodo
histórico. Y ya no digamos acerca del periodo postexílico hasta el nacimiento
de Jesús. Tengo el propósito de contribuir a rellenar ese vacío con varias
charlas. Vacío que lo ha sido mío también hasta hace un par de años.
La experiencia de la
decadencia espiritual. El recuerdo de una época de fervor a la que sigue una
época de abandono. El reproche del recuerdo. Curiosamente esta es la época de
los grandes profetas. Siempre hubo profetas en el Pueblo de Dios, pero los
grandes profetas no se distribuyen por igual en todas las épocas de ese pueblo.
Hay un trecho del tiempo en el que encontramos los más grandes peñascos, los más
altos picos.
Esta novela la comencé
con poco entusiasmo porque la comparaba con Cuando amanezca la ira y me
decía que ninguna historia iba a ser más apasionante que el Éxodo. De manera que
me puse manos a la obra convencido de que iba a ser una obra inferior y pensé
que estaría limitadísimo por el corsé de hechos que iba a describir, hechos muy
poco épicos.
Pero, conforme avanzaba
la historia, la redacción me ha arrastrado hacia dentro de esa crónica, hacia
lo más profundo; hasta el punto de saborear este antiéxodo, este éxodo a la
inversa.