Me pregunto –y es una pregunta
totalmente en serio— qué hubiera pensado Bach si hubiera escuchado una música swing
como In the mood:
https://www.youtube.com/watch?v=_CI-0E_jses
No tengo la menor duda de
que hubiera sido todo un choque. Una música como esta hubiera supuesto un
golpe, toda una conmoción. Sin duda, hubiera quedado fascinado.
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Lo mismo sucede en
teología. Hay “armonías” completamente nuevas, modos de enfocar los campos que
jamás se les ocurrieron a los que los precedieron. La teología de Santo Tomás
de Aquino es algo que no se le pasó nunca por la imaginación a alguien con el
modo de razonar de un san Agustín. La teología de Von Balthasar no se le pasó
por la cabeza a santo Tomás de Aquino.
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Bueno, ya que estamos en
este género de música, no puedo menos que citar la encantadora y cándida pieza Chattanooga Choo-Choo:
https://www.youtube.com/watch?v=QGZ6jigic_I
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In the mood
comienza con una fuerza armónica que sorprende y fascina, pero después el compositor
realmente no sabe qué hacer. Y entretiene la composición hasta el final. Quizá
no se pueda hacer otra cosa, lo comprendo. ¿Cómo se podría continuar con unidad
temática la exposición rítmica del principio?
La letra (también la
música) de Chattanooga es toda una contraposición entre una época
sencilla de gente cristiana que iba a la iglesia los domingos, y la música de
rebeldía que estallaría como un incendio en los 70.
La letra de Chattanooga parece creada para ser cantada por seminaristas en la fiesta de Navidad tras la cena.