martes, septiembre 13, 2022

Martes: se suponía que ahora tenía que estar lloviendo

 

La editorial ya ha escogido título, y es el título que el equipo ha pensado por su cuenta, ninguno de los que les propuse. No revelo el título hasta su publicación. Bakhita, el título que propusiste me pareció especialmente bello. Como en este viaje no llegaban a Roma, el título lo cambié a Atenas será otra.

El otro título que me gustó mucho y que está inspirado en uno propuesto por Nuria: Días de tormenta y de paz. Me pareció muy poético.

Gracias a todos por las propuestas. También por las propuestas divertidas.

En mi libro Monclovia llegué a la conclusión de que la monarquía podría ofrecer un aspecto estético y sentimental a una nación que no podría dar nunca la presidencia de una república: ahora lo vemos claro con el fallecimiento de la monarca inglesa.

En Monclovia me ocupé de crear una arquitectura constitucional para una monarquía del siglo XXI: electividad entre los mejores candidatos, carencia absoluta de poder y de privilegios legales, dedicación a ser el eje del escenario ceremonial que es el Palacio Real en mi libro.

El senado escoge entre los mejores candidatos, no está limitado necesariamente a los príncipes. Lo cual permite escoger al que realmente tenga más capacidades. El senado escoge a los candidatos para que puedan estar en el trono entre treinta y cuarenta años. Y el rey pasa a trabajar en palacio muchas horas a la semana dedicado a su labor ceremonial y protocolaria; eso y solo eso. Cenas de gala, recepciones, otorgamiento de condecoraciones, recibimiento de jefes de Estado, etc., etc.

El único problema, al que no le vi solución, es que un monarca consolidado, que hace bien su trabajo, que lleva más de veinte años en el trono, va a ser imposible que no acumule tal cantidad de prestigio que no sienta la tentación de extender su mano hacia el poder, sugiriendo algún cambio en las leyes, o ejerciendo ese poder de facto a través de la mediación de algún partido.

En el sistema que propongo, la monarquía acumularía tal ascendiente que el senado tendría que vigilar para corregir cualquier desviación tan pronto como se produjera, por leve que fuera.