miércoles, noviembre 16, 2022

¿Celebrar de cara al pueblo o de espaldas al pueblo?

 

Voy a continuar aquello de lo que hablé en el final del post de ayer. Post motivado por un comentarista que me escribió:

Padre Fortea. Ojalá pudiera, y le agradezco de antemano pudiera por favor escribir otro post al simbolismo del altar versus populum.

La misa es sacrificio, pero también es banquete pascual.

La misa puede ser entendida como la cena de sabbat de una familia (en este caso espiritual) en torno a una mesa.

El altar como la mesa de la Última Cena. Jesús celebró los ritos con los apóstoles en torno a la mesa, no detrás de Él.

La misa al principio, durante siglos, se celebró de cara al pueblo. Eso está refrendado por multitud de pruebas.

Poder ver el rostro del sacerdote es poder no solo escuchar sus oraciones, sino también ver el rostro del buen pastor.

El rostro de un virtuoso sacerdote se convierte en un icono de santidad. Cierto que se le puede mirar fuera de la misa, pero observarlo en el momento de la adoración es poder hacerlo en el momento más sagrado: cuando ora al Padre, cuando comulga, cuando toca el Misterio Eucarístico.

Yo creo que lo mejor es que coexistan las dos formas: hacia el pueblo y de espaldas al pueblo. Cada una tiene su propio simbolismo, las dos son formas buenas. Y es natural que a uno le guste más de una manera y a otra persona le guste más de otra. Pero la celebración cara al pueblo es un modo completamente legítimo y avalado por la tradición, y sobre todo por los orígenes.