La correctora de mi segundo tomo de Paulus sugirió una corrección a esta línea mía:
La calle
por donde había pasado el Esperado con la cruz a cuestas.
Me sugirió este cambio:
La calle
por donde había pasado el Esperado con un madero a cuestas.
Me quedé admirado de lo
bien que hacen su trabajo algunos correctores. Que después de 41 páginas se
diera cuenta de un detalle tan pequeño, tan mínimo, requería un elogio su
trabajo. Muy bien. Fue una grata sorpresa.
Analicemos ahora el
asunto. Se dice que Jesús llevó solo el madero horizontal porque la cruz entera
hubiera supuesto un peso excesivo. Ahora bien, le respondí que se mantuviera la
palabra “cruz”.
¿Podía Jesús haber soportado
el peso de su cruz entera desde el pretorio hasta el Calvario?
Una cruz entera era muy
pesada, realmente pesada. Pero tengamos en cuenta que la distancia del pretorio
hasta el Calvario es de unos 550 metros. Ese recorrido con tanta gente y
soldados, probablemente, fue lento como una procesión española de Semana Santa.
Es decir, la mayor parte del tiempo Jesús estaba parado. En esas calles
estrechas, llena de gente, avanzar era un continuo pararse y volver a andar. La
mayor parte del tiempo la cruz estaba solo apoyada sobre uno de sus hombros. En
el fondo era como apoyar un tronco (de los antiguos de la luz que conocí de
niño) sobre sus hombros. Y muchas debió dejarlo en el suelo hasta que se
reanudase la marcha.
Llevar la cruz entera
debió ser durísimo, al borde de sus fuerzas, pero factible. Tal vez solo fue
capaz de hacerlo durante cerca de trescientos metros.