Sermones en vídeo

viernes, febrero 10, 2023

Caminando alegremente (o no) por las praderas del subconsciente

 

Contaros el sueño ha sido para mí interesantísimo. Me ha encantado escucharos y sigo escuchándoos. Además, el decíroslo me ha llevado a darle vueltas al asunto. Eso sí, sin llegar a ninguna conclusión.

Aunque hay cosas que están claras para mí. Sin duda, no se trata de ningún aviso divino. Su raíz está en la psicología; y más concretamente en el subconsciente.

Tampoco creo que tenga un significado. Tiene causas, algo lo ha provocado, pero no lo considero portador de un mensaje. El único mensaje que contendría sería la causa que provocó un recuerdo profundo en el subconsciente, pero la causa puede ser muy diversa de la manifestación. Aunque no tenemos otra cosa que la manifestación para tratar de indagar.

Por otra parte, la causa puede ser muy distinta de la manifestación, pero lo lógico sería pensar que exista una cierta similitud. Entre la causa y su efecto, parece razonable que la relación sea de semejanza.

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No descarto que un parto difícil pueda dejar una marca en el subconsciente de un bebé. Ahora bien, todos los partos suelen ser difíciles y no vemos que todo el mundo tenga un trauma que induzca a pensar en esa causa.

Si el parto es traumático para el bebé, mi opinión es que esa impresión se va sanando completamente en los meses siguientes.

Un trauma en el parto tampoco explicaría por qué siempre es un edificio muy grande, inmenso, como para perderse. Tampoco explicaría por qué siempre me quedo dormido.

Otro aspecto que no avala esa teoría es que estos sueños comenzaron cuando yo tenía unos cuarenta años, o algo menos. Una época en la que yo vivía muy tranquilo, totalmente feliz en Roma. Anteriormente había vivido felicísimo en mi tercera parroquia. El sueño se ha podido repetir unas diez veces, no creo que más; pero no menos de ocho veces. Y siempre con meses de distancia de una pesadilla a otra.

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No creo que tengan significado ni las imágenes del sueño ni la acción. Qué curioso que siempre me despierto cuando ya es de noche.

Pero este sueño no puede convertirse en un Test de Rorschach. Las conexiones entre las imágenes y la interpretación sí que tienen una relación, la inteligentísima conexión imaginativa que crea la mente que las ve. Es decir, es cierto que una mancha de Rorschach puede parecer una mariposa o un burro. Pero no existe una relación entre el hecho original y la interpretación. Por más que se parezca a un burro, el hecho original es que se trata de una mancha arrojada en un papel blanco.

De manera que he leído con interés, y hasta delectación, vuestras pautas interpretativas. Pero no, no creo que exista una relación entre el hecho originario y los patrones que algunos han ofrecido para interpretar.

Mañana escribiré alguna reflexión más sobre esto, pero sin mucha esperanza de lograr algún día la respuesta. Pero os agradezco este esfuerzo colectivo.