Sermones en vídeo

martes, marzo 28, 2023

Bueno, venga, un post más

 

Un comentarista me pedía que dijera algo más acerca del comienzo de la película. Le voy a satisfacer. Aquí está ese maravilloso comienzo, uno de los diez mejores de toda la historia del cine:

https://www.youtube.com/watch?v=Jxu-aXi3D-o

Esta obra de arte comienza con dieciocho segundos de silencio en el que se nos obliga a contemplar monstruos feroces, monstruos de piedra, sin corazón. Poco a poco, el cielo se va poniendo más oscuro, amenaza tormenta.

Después, un collar, símbolo del poder, sobre seda roja. Los monstruos, el poder… la película con su silencio nos pide meditación. El silencio se prolonga, y todavía va a continuar mucho más. Durante minuto y medio no hay una sola palabra, eso en cine es mucho tiempo. Y, por si fuera poco, después de ese silencio es unido a los créditos.

Como aficionado a la caligrafía, no dejo de notar que la mano que firma la carta es una mano habituada a escribir con pluma. Esto no sucede prácticamente nunca en ninguna película. En todas se nota que los dedos que escriben no pertenecen a una mano que esté acostumbrada al uso de la pluma. Escribir con una pluma de ave no es tan fácil como la gente piensa. En esta película, el estilo de la escritura y de la firma es perfecta para el siglo XVI. Tampoco esto es habitual. La cantidad de anacronismos que he visto al escribir una sola firma o hacer una firma en cualquier película.

Las escenas del sellado de la carta son magníficas. El director se solaza en el proceso. Cierto que el formato de hoja no es el normal para una carta privada del siglo XVI, pero hay casos. Otra curiosidad, el director debería haber mostrado que tras derramar el lacre, hay que dejar un tiempo para que se solidifique. El sello nunca se pone sobre el lacre líquido, sino sobre la resina sólida blanda. Pero, bueno, digamos que es una elipsis. Aunque hubiera sido interesante mostrar todo con el mayor verismo.

La imagen del sello tampoco es histórica, sino moderna. Se conocen dos sellos que pertenecieron al susodicho Wolsey. Uno, su gran sello, espectacular, impresionante. No en vano era canciller y cardenal. Y queda otro grabado en el British Museum que muestra su sello como archidiácono de Northamton. Ambos sellos se usaban sobre una cinta o un cordel. Lamento deciros que los sellos de los documentos, ni en la Edad Media ni el Renacimiento, iban sobre el papel, sino colgando. Todas las películas suelen mostrar el sello sobre el papel. El sello de lacre en la Edad Media no se usa para custodiar la privacidad de una carta, sino para marcar con solemnidad un escrito.

Pero todo esto es peccata minuta en una obra impresionante e insuperable.