Se critica mucho a Angela Merkel por haber firmado los
acuerdos con Putin que suponían que la mayor parte del gas vendría de Rusia.
Pero no considero que tal acción fuese un error. Lo lógico hubiera sido pensar
que cuanto más estrecháramos lazos con la economía rusa más difícil iba a ser
un enfrentamiento. Crear más puentes entre la Unión Europea y Rusia era lo más
sensato. Cuantos más puentes hubiera, más difícil sería llegar a una colisión total.
Si hubiéramos tenido una bola de cristal… Pero ¿quién
podía imaginar que las cosas iban a seguir justamente el camino de la
irracionalidad?
Las decisiones deben tomarse de acuerdo a la
racionalidad. De todas maneras, ahora, visto lo visto, las decisiones deben
tomarse teniendo en cuenta la irracionalidad de la otra parte.
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Dígase lo mismo con Pekín desde Den Xiaoping. Cuantos más
lazos amistosos y comerciales, cuantos más puentes, mejor. Sin embargo, para el
año 2000 sí que resultaba evidente que la industria de China estaba
vampirizando sistemáticamente la economía de Occidente. Y lo de
“sistemáticamente” no es una palabra vana. Finalmente llegó a haber planes
estratégicos de Pekin para bajar precios y hundir sectores industriales
enteros. No se hizo nada en Occidente.
A partir de 2012 fue siendo más claro, crecientemente,
que China iba se encaminaba hacia la dictadura distópica. De nuevo, no se hizo
nada.
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Rusia nunca nos advirtió de sus intenciones
anexionistas ni ofreció signos de belicismo directamente dirigidos contra
Occidente. Pero China sí que nos lleva repitiendo, años y años, que va en serio,
que está dispuesta a usar la fuerza para llevar a cabo sus reivindicaciones
territoriales respecto del Mar de China.
Si al final lo lleva a cabo, no podrá ser acusada de
no habérnoslo dicho repetidas veces.
¿Qué hacer? Yo no estoy llamando a la guerra. Nada más
lejos de mi pensamiento. Pero, dentro de la paz, del deseo de mantener las
mejores relaciones, desde luego, la inacción sí que no es el camino.
Soy pesimista con el futuro en un plazo de unos diez
años.
Pero si me preguntáis, mejor dejar que China cierre el
paso a los barcos extranjeros que pasen por el mar que hay entre Vietnam y Filipinas
que una guerra. Mejor es que los cargueros paguen un impuesto o aceptar que
pasarán solo los buques que ellos quieran que una guerra. Con la guerra todos
perdemos más.
No voy a decir que la guerra siempre es la peor
solución, pero cuando hablamos de una gran choque bélico entre inmensas potencias,
considero que es preferible permitir grandes injusticias y tener fe en que Dios observa y actúa. Es como un padre que ve a sus hijos: calla, pero actúa en su momento.