Sermones en vídeo

domingo, mayo 10, 2020

Money, money, money



Los creyentes en las conspiraciones siempre están en contra de la desaparición del dinero físico. Como si el predominio final del dinero digital fuera una señal del reinado del Anticristo. La realidad es que la desaparición de los billetes físicos es un hecho totalmente inevitable sin necesidad de ninguna confabulación supranacional.

La impresión de dinero sobre papel es el punto más débil de toda la cadena de la creación de dinero. Esos papeles (en su mayor parte es algodón) con los que pagamos en el supermercado están totalmente sentenciados. Cada vez es más fácil y más barato falsificarlos. Cada vez se necesitan de aparatos más complicados para comprobar su autenticidad. Esto no se resuelve haciendo una campaña de información a la población. Las grandes factorías de la falsificación están en países donde la ley no les va a perseguir. Se sospecha que la falsificación de moneda es uno de las grandes fuentes de ingresos de Corea del Norte.

La mayor parte del capital ya es digital; ahora mismo eso ya es así en Europa o en Estados Unidos. Solo sigue siendo físico el dinero de los pequeños pagos. La desaparición de los billetes apenas aumentará el control de cualquier futuro gobierno del Anticristo.

Así que los amantes de las conspiraciones deberían entender que se están empeñando en un asunto sin la menor importancia. Se abandonó el patrón-oro y no pasó nada. Se abandonarán los papelitos de colores y no pasará nada. Ya sé que tienen muchos medios de seguridad insertos. Pero nadie puede perder dos minutos examinando cada billete cada vez que va a la panadería o a la gasolinera. Y las buenas falsificaciones no se pueden descubrir a simple vista; se requieren tanto aparatos como tiempo.

Siempre ha habido falsificaciones de moneda. Pero el tiempo de vigencia de nuestras medidas de seguridad cada vez se ha hecho más corto. Ahora resulta claro que es una carrera que el Estado va a perder del todo. 

Dígase lo mismo de los sistemas de identificación personal. El DNI o el pasaporte son antiguallas del pasado cuya fiabilidad no tiene nada que ver con la seguridad de los sistemas biométricos. El pasaporte del futuro es la cara. No se necesita ningún chip, ningún código de barras, ninguna marca de la Bestia. Mañana hablaré un poco de la marca de la Bestia.