He acabado de ver los cuatro capítulos sobre Afganistán.
He aprendido muchísimo. Y una de las cosas que me ha llevado a replantearme era
si
resultaba necesario o conveniente el que la liga de naciones invadiera ese país en el año 2001.
Es cierto que en esa tierra vivía como huésped Bin
Laden. Pero el documental deja claro con importantes testimonios que el régimen
de los talibanes, antes de los atentados contra las Torres Gemelas, no
estaba nada contento con la presencia
de Bin Laden en su suelo.
Y que después de los atentados le dijeron que se
marchara. Y que contactaron con la CIA para mandar un mensaje
nítido: Bin Laden ya no está bajo nuestra protección.
Con estas palabras, que se las repitieron al agente de la CIA que fue
entrevistado, querían dejar claro que si tomaban represalias contra Bin Laden, el
régimen no haría nada.
Este tipo de datos resultan esenciales a la hora de
tomar una decisión. Son datos desconocidos para la población que hoy día han
salido a la luz. Una vez conocido todo esto parece claro que mejor hubiera sido
destruir los campos de entrenamiento de terroristas (si es que es verdad que se
conocían) que no invadir todo un país.
La invasión de Irak no fue una buena decisión, así lo
dije en su momento. En este blog, antes de la invasión de Irak, expuse las
razones por las que moralmente no se justificaba una acción tan tremenda como
una guerra. Pero es que ahora parece que incluso la invasión de Afganistán tuvo
unas bases argumentales que ahora han dejado de estar claras.
Había que actuar contra Bin Laden, eso está claro. ¿Pero
fue lo mejor invadir toda la nación? De hecho, se escapó, llevándose toda la
información, personas y datos que quiso porque una invasión es un acto
progresivo, no instantáneo. Si lo que se quería era acabar con la organización
de Bin Laden, no está, ahora, claro que la invasión fuera la mejor opción. Quizá
otras medidas de infiltración, vigilancia e inteligencia hubieran
dado mejores resultados en orden a extirpar
ese tumor.
Hoy día la información de esos años está
sustancialmente desclasificada. Y ya no está tan claro que la versión
simplificada que se ofreció a los medios fuera acertada. Y mucho menos que esa
información llevara a la conclusión de que la invasión era el mejor remedio.
No pienso que hubiera mala voluntad en Bush, Blair y Aznar;
para nada. Creo que los tres tomaron las decisiones con la voluntad de hacer lo
mejor. Pero si el régimen talibán había dado permiso para actuar sobre Bin
Laden, eso cambia todo.
El futuro con 2 455 bajas estadounidenses (y más de 20
000 heridos) en Afganistán es la demostración de que fue peor el remedio que la
enfermedad.