Hoy he asistido al funeral de un
sacerdote de 75 años. Muchos compañeros hemos asistido al último adiós presididos
por nuestro obispo. Poco puedo decir de él porque a lo largo de los años nos
vimos muchas veces en las reuniones de curas, pero hablé con él menos de diez
veces y todas ellas con brevedad. Aun así, he asistido a la ceremonia con
verdadero sentimiento.
Cuando uno asiste a un funeral con
treinta y tantos años, el que se muere es el otro. Cuando te acercas a
los sesenta años, a cada funeral que asistes es un poco tu propio funeral.
Ayer releí Luces de Bohemia.
La había leído con dieciséis años, lleno de vida. Ahora me he compenetrado
completamente con el personaje anciano y débil. En la relectura sí que me ha
impactado. Nota: Sea dicho de paso, esta obra de Valle Inclán vale muchísimo más que la
famosísima y aclamada Noche Fantástica de Stephan Zweig cuyos hechos
también suceden en una sola noche. Del mismo modo que La Regenta vale
mucho más que la encumbrada (y con razón) Madame Bovary.
Me ha sorprendido el que varios
presbíteros, en la sacristía, me comentaran con agrado que habían escuchado mi
charla Caín, Ucrania, Putin. Sus palabras me han animado en medio de la
tristeza del momento.
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Dentro de un rato me marcho a una
comida que vamos a tener todos los que somos de Barbastro y vivimos en Madrid. Yo
nunca me pierdo este tipo de encuentros sociales, me lo paso muy bien.
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Hace unos años me invitó dos veces
el Patriarcado de Moscú a dar una conferencia en un congreso. Este año me ha
hecho ilusión que me invitara la Iglesia Anglicana. Para abril se publicará con
la Editorial San Pablo el segundo volumen de mi vida de san Pablo. Y este mes
se ha publicado con la editorial Sekotia el último volumen de la colección completa
de mis obras sobre demonología.
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Todas estas buenas noticias no
evitaron que al salir de la ducha me resbalara y me diera el golpe más grande
de toda mi vida. La palabra “batacazo” me parece insuficiente para describir la
violencia, dureza y peligro de caer totalmente de espaldas con la fuerza con
que lo hice.
Creedme que hemos estado muy cerca
de que mi funeral adelantara al de este buen sacerdote que hoy hemos enterrado.