Muchas gracias a dos
personas por los PDF que me habéis enviado. Sabía que alguien respondería, y
así ha sido. Os enteraréis de las obras que me han enviado porque las iré
comentando conforme las lea.
Sigo trabajando en mi
novela sobre Babilonia. En esta novela he pasado de sorprenderme por el apasionamiento
con que trabajaba en ella, por el ambiente de la corte de Jerusalén que se iba desplegando
en sus páginas, al tedio, al desinterés.
Os aseguro que, cuando
comencé, creí que iba a ser una obra de cien páginas. Pensaba que iba a ser tan
breve que concluí que sería mejor alargarla hasta la época de Macabeos. Y,
finalmente, pensé que acabaría en la generación previa al Mesías.
Ahora llevo quinientas
páginas y todavía no he comenzado a describir el retorno a Jerusalén, que es la
parte con la que acaba el libro. Esta novela me ha cambiado para siempre el
modo en que leeré a los profetas. Las páginas otrora opacas ahora están llenas
de sentido. He aprendido (leyendo a los que saben) que hasta el más pequeño detalle
de Amós o Ageo tienen su razón de ser. Nunca había acabado de entender por qué
un profeta tenía que dar oráculos referidos a Tiro o a los elamitas. Nunca había
entendido por qué tantas profecías de materia tan, aparentemente, política.
♣ ♣ ♣
He visto algunas partes
del funeral de Benedicto XVI. La liturgia siempre perfecta. Ahora bien, es el
momento de pasar a liturgias 2.0. Un escenario como ese, una liturgia como esa,
debe ser abordada por un buen director de cine. Tienen que preguntar a varios
directores de cine: ¿cómo hubierais enfocado esta ceremonia vosotros en una
película?
El funeral no debe estar
pensado primariamente para los presentes en la plaza, sino para una audiencia
planetaria. Y eso requeriría cambios que no voy a explicar aquí. Pero resulta
inconcebible que en el año 2023 una cámara no siguiera el recorrido hasta la
cripta vaticana. Una cámara que, de cerca, transmitiera todos los pequeños
detalles del enterramiento.
Para el funeral en la
plaza, no estoy pensando en espectáculos profanos, en actos llamativos de
carácter no sacro. Para nada.
Fijémonos que todo lo que
aparece en El padrino, salvo los asesinatos, son escenas comunes, escenas
familiares, enfoques dentro de una casa particular, cosas así. Pero el arte es
lo que hace que esa película sea visionada una y otra vez, y otras películas
sobre la mafia hayan sido completamente olvidadas. El Caballero de la mano en
el pecho de El Greco ¿tiene algo de espectacular? Y, sin embargo, es una
obra maestra en la historia de ese siglo.
En esa plaza teníamos
todo: sobre todo el hecho (el funeral de un papa), el marco, miles de clérigos,
obispos y cardenales. Si un director no puede hacer una obra de arte con eso,
no lo podrá hacer con nada.
♣ ♣ ♣
Vuelvo a reiterar que, en
mi modesta opinión, encima del ataúd (incluso de un papa) no es el lugar para
colocar el evangeliario. Visualmente es más rotundo el féretro sin nada encima.
Menos mal, ¡menos mal!, que no les ha dado por empezar a colocar objetos y más
objetos sobre la tapa.
Ni siquiera creo que el
escudo papal embellezca más ese féretro. En el caso de un pontífice romano, pienso
que la desnudez de todo ornato resulta más imponente.