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sábado, agosto 12, 2023

El tercer día viajamos a Lérida

 

Aprovecho, ahora que se han calmado las aguas eclesiales, (es broma, ¿se han calmado alguna vez?) para continuar con el viaje que hicimos varias personas por Cataluña. Al tercer día de nuestro viaje, visitamos Lérida. Qué inmensa y solemne me pareció la Catedral Nueva, del siglo XVIII, cuyo interior, desgraciadamente, fue enteramente quemado en la Guerra Civil. (Como lo hicieron las izquierdas fue un acto solidario con el proletariado). Después visitamos la Parroquia de San Lorenzo: ¡qué monumento románico!

Pero si esa parroquia nos gustó tanto, la Catedral Vieja, medieval, es mucho más impresionante, impresionante de verdad. La incautó el Estado en tiempos de Felipe V y ya no la devolvió. Ese rey llegó a firmar la orden para demolerla. No se ejecutó porque murió antes de que se comenzara a llevar a cabo. Después Carlos III dio dinero para construir la nueva catedral con la condición de que el obispo renunciara completamente y para siempre a recuperar la catedral medieval.

Lérida me pareció una vibrante capital de provincia, llena de vida. No sabía que allí había tantos trabajadores de la agricultura que procedían del África subsahariana. En el centro histórico de Lérida, el 40% son inmigrantes.

Lérida ejercía su influencia hasta Barbastro. De niño, muchos de mis paisanos se iban de compras a Lérida una vez cada dos o tres años. Zaragoza caía muy lejos (3 horas de viaje), pero Lérida no tanto (40 minutos).

No puedo dejar de elogiar la amabilidad del sacristán de la Catedral Nueva, que nos preparó para celebrar misa en una capilla, y lo acogedor que resultó el mosén de la iglesia de San Lorenzo, con el que estuvimos charlando un buen rato.