El segundo día visitamos
Gerona, hora y cuarto de viaje. La Parroquia de San Félix fue nuestra primera
parada gótica. La catedral no me decepcionó, ya ella valía la pena el viaje.
Paseamos por su pétreo casco antiguo tan bien conservado. Visitamos el museo
diocesano, dotado de obras realmente buenas. Amabilísimo y acogedor el párroco
de San Félix. Nos causó una inmejorable impresión.
Al día siguiente, durante la mañana del tercer día, visitamos el Monasterio de Vallbona de las Monjas: formidable. A una hora y
media del centro del Barcelona. Cataluña es que está sembrado de tesoros
románicos. Vallbona es lo que todos tenemos en la mente cuando pensamos en un
monasterio medieval. Ese tipo de monasterio ideal, perfecto, bellísimo está
allí, en Vallbona; y en Cataluña hay varios más tan buenos como ese.