La imagen de Bukele entrando en el parlamento con los militares ya nos lo dijo todo. No había nada más que explicar. Todo estaba claro.
Ayer escuché un análisis acerca de los resultados de Bukele en su lucha contra el crimen en El Salvador. El análisis era muy crítico con el mandatario y sus resultados.
Este asunto es de gran relevancia, pues son varios los políticos de otros
países de Hispanoamérica que han anunciado en sus discursos que quieren seguir
ese camino. Sería terrible que más países siguieran la estela de Bukele,
terrible pero inevitable. El autoritarismo es una tentación que traerá
espantosas consecuencias. ¿Quién no conoce el final de este experimento mil
veces realizado con idénticos resultados?
A la cuestión teórica de
si se pueden aprobar poderes especiales para poder luchar contra una situación
excepcional, la respuesta es sí. Pero a condición de que hay una institución
independiente, neutral (políticamente hablando), razonable que pueda tanto
prorrogar esos poderes como retirarlos.
Todas las constituciones
del mundo regulan esos estados de excepción. Ahora bien, siempre es el congreso
el encargado de poner fin a ese autoritarismo. El problema es que el partido del
presidente puede tener amplia mayoría en esa cámara.
La solución está en que
haya una institución independiente. Si el senado es por elección popular, la
misma mayoría del congreso, antes o después, se trasladará al senado. Este
sistema no sirve. Se ha demostrado ineficaz. Constituye una falsa barrera, una
falsa cadena.
En mi constitución de
regular esos poderes especiales se encarga el senado, a condición de que el
senado nunca sea por elección popular, si no que se constituya por otros
caminos. En mi La decadencia de las
columnas jónicas explico cómo haría yo para que el senado fuera representación
del Estado y no de la voluntad popular. El congreso debe ser representación de
la voluntad popular, del pueblo soberano. El senado debe ser representación del
Estado, de sus instituciones, del sistema democrático más allá de las banderías
políticas. El congreso siempre ha sido y será una cámara política. El senado
debe ser neutral, totalmente ajeno a los intereses de cada partido.
El Ejército, las fuerzas
de seguridad, deberían ser formadas como regla fundamental que el congreso
escoge al presidente, pero que las fuerzas de seguridad (en caso de colisión de
voluntades) están al servicio de la constitución.
Por eso es tan importante
que el senado, en mi sistema, sea colegial, evitando que se erija un líder
mediático: para así dejar claro que no es la lucha entre un hombre (el presidente
del gobierno) y otro hombre (el presidente del senado o algo similar).
Pero esto sería en un sistema
ideal. En la actualidad, hay que evitar a toda costa que comiencen a derribarse
las libertades democráticas alegando que se vive una situación de excepción.
Cierto que muchos países
viven situaciones inadmisibles de violencia, de pobreza, de corrupción
institucional; pero perder la libertad que les quede siempre tendrá como
resultado algo peor que la situación que se quiere remediar.
Desgraciadamente,
Hispanoamérica va por ese errado camino. Lo que ahora se entrega tan
alegremente (la libertad) después costará mucho recuperarlo. Hay sangre por la
violencia, eso es indudable; pero, a menudo, habrá que pagar mucha más sangre
para recuperar la democracia.