El conocimiento de las fuentes, de la historia de la
Iglesia, del desarrollo de los dogmas, nos muestra como las polémicas de ahora
ya surgieron en las comunidades desde el comienzo. Y podemos ver cómo se fueron
resolviendo esas discusiones, a veces verdaderas tempestades.
Vosotros, siempre estad con la Iglesia, con la Iglesia
como un coro. Siempre con el colegio de los obispos, siempre con el vicario de
Cristo. Después seguid los impulsos personales, más tradicionales o más
modernos. Nadie os pide que sigáis un cristianismo neutro. Nadie os pide que
sigáis una fe desnuda de todo elemento personal o entrañable. Obrad con
libertad, pero siempre con la Iglesia.
Yo, en lo litúrgico, soy tradicional. Es lo que más me
gusta. Pero, en lo teológico, me aprovecho de lo que escribieron los Padres
Capadocios, pero también de lo que escribieron los teólogos alemanes del
Vaticano II. No tengo que renunciar ni a unos ni a los otros. ¿Ser fiel a san
Atanasio implica que no pueda escuchar con agrado al obispo anglicano Rowan
Williams? En lo personal, estoy más cerca de Rowan Williams que con el obispo
Atanasio, al que dediqué un sermón y varios posts, sobre todo me fijé en sus
defectos.
No es que quiera estar entre dos aguas, no es que yo sea
débil, no quiero congraciarme con nadie. Sencillamente, no tengo que renunciar
a nada de lo bueno.
Uno de los comentaristas a uno de mis sermones en
youtube me ha escrito hoy lo siguiente:
Sacerdote Fortea,
lamebotas para mantener su comodidad, el diablo vendiendo cruces con su falta
lealtad.
¿Me indigna? Ni lo más mínimo. Ese tal Gonzalo me
juzga según sus pequeños esquemas. Cree hacer la obra de Dios con su condena.
Pero no, no me enfada ni lo más mínimo. Le encomendaré en mi misa esta tarde.
El pobre fiel que suele leer cuatro webs intoxicantes
juzga según lo que sabe. Yo no puedo entrar en el juego de las pasiones. La
teología no es un combate de pasiones. La ciencia acerca de Dios debe ser abordada
desde la oración y el respeto máximo hacia el Señor. Solo desde el Misterio de
Dios podemos emprender la tarea de conocer qué quiere el Altísimo de la Iglesia
que fundó.
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Claudia escribió un pensamiento muy bonito: Estamos
viajando en este momento en el barco de la Iglesia, con nuestras fortalezas y
debilidades.
Tienes razón, Claudia, laicos, sacerdotes, obispos, el
papa, todos viajamos (que forma tan bella de referirse a la vida) con nuestras
fortalezas, debilidades, conocimientos, errores...
Lucía, no te preocupes por los insultos. No puedo
pasarme el día borrando comentarios. Pero el que insulta se desacredita a sí
mismo. El que insulta y odia ya ha dicho todo sobre sí mismo.
Un lugar de comentarios en un blog es como una plaza,
como una asamblea. Todo el mundo tiene voz. Pero no todas las voces son
iguales. Hay que distinguir entre voces y voces. Lo mismo pasa en la Iglesia a
nivel universal. Debemos escuchar las voces sabias, las voces santas.