Sermones en vídeo

jueves, junio 30, 2022

Qué bonitas quedan las batallas en los cuadros apaisados que cubren una pared

 

Llevar casi diez años visitando enfermos en todas las plantas de un hospital hace que cambien la forma de ver dos cosas.

La primera las películas. En la pantalla los protagonistas se pelean, se dan puñetazos, luchan y después sacuden el polvo y vuelta a la normalidad. Como mucho el maquillador dibuja una cicatriz o una magulladura. En la vida real eso no es así. Basta pasarse por urgencias, en la zona de traumatología, para darse cuenta de que cualquier caída desde cuatro metros de altura, cualquier agresión violenta, con frecuencia, provoca daños que requerirá de bastante tiempo para soldarse y cuyas secuelas no son baladíes. Un puñetazo en el abdomen puede partir el hígado. Un puñetazo en la cabeza puede dejar permanentemente sin escucha a un oído, hacer perder la visión de un ojo. Pero en el cine al protagonista le parten sillas en la cabeza, sale despedido en el aire por una explosión, y se recupera dando a entender que (como mucho) solo requiere de un poco de descanso en la cama esa noche o un par de días. Un solo paseo por traumatología, escuchando que les trae por ahí, basta para comprobar que los huesos tienen la dureza de la madera, eso es todo.

La otra cosa que cambia la mentalidad de los sanitarios es que cuando hablamos de guerras, como la de Ucrania, no podemos dejar de pensar en la factura de pacientes que esos bombardeos y disparos provocan. Resulta facilísimo imaginar las urgencias de un hospital donde llegan los huesos rotos por derrumbes de edificios, las quemaduras por las bombas, las penetraciones de la metralla.

Los niños pequeños que van a un lugar a celebrar un cumpleaños piden platos sin pensar en la factura. El padre sí que cuantifica todo de forma realista. Los gobernantes amenazan con la guerra, pero después ellos no van a estar allí viendo cómo evoluciona un vientre suturado que se ha infectado, o una mujer anciana a la que se le partieron tres costillas.

Para un médico, para una enfermera, para una auxiliar la guerra pasa a tener una dimensión muy distinta de la de los grandes óleos de batallas heroicas. Detrás del lienzo épico —las batallas quedan geniales sobre un cuadro grande— hay otras escenas que no aparecen. Hay otra batalla que la libran las enfermeras que limpian una gran cicatriz que supura dos semanas después de la operación quirúrgica, o que la libra el que tiene la cabeza inmovilizada en un gran armatoste que fija de forma absoluta el cuello hasta que suelden los huesos.

La guerra es lo más asqueroso que pueden hacer los seres humanos. Ay del gobernante que fríamente decide provocar esa cosecha de dolor, enfermedad y muerte. Reconozco que cada vez que veo a Putin siento asco: asco por la repugnancia de sus actos. No siento nada de odio, ni lo más mínimo, solo asco.

Y desprecio por todos los monitos que se mueven con miedo a su alrededor diciendo a todo que sí. Labrov, su ministro de exteriores, me provoca un especial desprecio. El mismo que me provocaría un lugarteniente de un mafioso.


Cuando uno regresa demasiado tarde

 

Esta foto es toda una explicación visual de lo que es el matrimonio. Hoy he ido a una concelebración al primer pueblo en el que fui párroco, Estremera. Ha sido para mí una gran alegría volver a ver a personas que no veía en un cuarto de siglo.

En los pasados años había revisitado dos veces a la parroquia, pero solo había visto a un pequeño número de personas. Hoy estaban casi todos. Monaguillos que eran hombres casados. Jóvenes de veinte años que ahora eran hombres casados, maduros, con hijos.

Me ha dado especial alegría poder decirle a una señora que, en una disputa que tuvimos, ella tenía razón. En esa disputa mi intención era buena: el celo. Pero objetivamente estaba equivocado yo. Pero lo que más me ha alegrado ha sido ver con absoluta seguridad que en su expresión solo había cariño y bondad. Aquel asunto del pasado no había dejado ni un arañazo en la pintura, ni pequeñito.

Cuántos saludos, cuántas caras que yo veía ahora y trataba de recordar, rostros del pasado. El templo estaba esplendoroso, recién reformado, todo perfecto.

Debería haber regresado antes, hace diez años, a una celebración en la que estuviera muy concurrida la iglesia. Si se espera demasiado, uno comprueba que la memoria ya ha erosionado del todo muchos recuerdos. Me ha resultado muy triste, en unos cuantos pocos casos, hacer un gran esfuerzo, pero no acordarme de la persona que tenía delante. Hasta ahora, en casos similares, era cuestión de esforzarse, de rebuscar entre los recuerdos. Pero hoy he comprobado que esa erosión en algunos casos resulta irreversible. 

Bien es cierto, todo hay que decirlo, que estoy hablando de que no me acordaba de personas que únicamente venían los domingos a misa, y aun esto solo me ha pasado con un pequeño número. Del resto me he acordado y lo he hecho muy bien. Me refiero a que la memoria ha recordado a casi todas las personas, aunque el trato fuera muy pequeño. Pero afrontar que había recuerdos, miles de recuerdos, ya perdidos para siempre ha sido un pequeño encontronazo con la realidad de que ya tengo 53 años.

martes, junio 28, 2022

Las reglas del juego

 

Hace pocos días tuve una conversación con un amigo sobre el Imperio hispánico. Ayer me quedé pensando en la inmensa tarea que supone sentarse ante una mesa para redactar una constitución para un nuevo país.

Hacer una constitución supone sentarse a reflexionar acerca de cómo administrar la libertad.

Supone discutir acerca de con qué cadenas se amarra al Poder.

Tiene también un cierto parecido con la tarea de repartir una tarta, o con hacer el plano de una ciudad.

Dar las reglas para que los jueces puedan ser héroes, para que las leyes puedan ser justas. Reglas para que haya jueces justos aplicando leyes justas.

Es una cuestión de cerraduras y candados.

Hacer una constitución es como hacer el plano de una casa y decidir dónde irán las puertas; las puertas por donde se entra, los muros que no pueden ser traspasados, las salidas de emergencia.

Son las reglas del juego para las situaciones cotidianas y para las emergencias, para los desastres y para la malicia.

lunes, junio 27, 2022

Nunca os había enseñado una foto de dónde trabajo

 

En septiembre haré nueve años sirviendo en la que considero mi casa, el Hospital Universitario Príncipe de Asturias. Hoy ha sido una mañana muy hermosa en el hospital. “Hermosa” es sinónimo de mucho trabajo. He administrado la unción de los enfermos a dos moribundos. Conferir este sacramento es una grandiosa acción sacerdotal. Cuando hago las oraciones, bendigo a la persona y la unjo, no tengo la menor duda de que una gracia viene a sus almas, por más que estén inconscientes en ese momento.

Administrar este sacramento supone hablar un poco con la familia. En una hora tan dramática como esa los familiares suelen mostrarse muy abiertos a la fe en la otra vida.

Después he dado comuniones. Hoy había una religiosa de un convento al que conozco bien, también he pasado por la habitación de un sacristán muy querido al que conozco desde hace muchos años. Ha sido una gran alegría para los dos el volvernos a saludar.

He celebrado la misa a una hermandad, la de la Virgen de la Salud, a la que tengo en la más alta consideración. Es una hermandad creada, en principio, pensando en los que trabajan en el ámbito sanitario. Ha habido un goteo de personal toda la mañana hacia la capilla por la bonita imagen (casi de tamaño natural) que han traído.

Después he tratado de ayudar a la anciana religiosa con su teléfono móvil. Pero el problema es que tenía una configuración por la que las llamadas que recibía pasaban directamente al buzón de mensajes. Por más que he mirado en el menú, no he logrado resolver el asunto. Hemos llamado a la familia a ver si ellos lo logran.

Me he encontrado en un pasillo con una señora que, al final, me ha dicho que acababa de morir su madre. Le he preguntado si podía acercarme para rezar un responso ante la octogenaria.

He consolado a una señora de Perú que se quejaba. Después me ha pedido infinidad de veces que no la dejara sola. Pobrecita. Se le veía tan dulce. Suplicaba con tanto amor que siguiera allí, dándole la mano. Una mano templada, pero cálida de cariño. El tacto de su piel tenía ese tacto entrañable de los bondadosos viejecitos que están en las residencias.

Ah, hoy me ha venido a ver para hablar un rato un joven aragonés cuya madre es de cerca de Barbastro. Hemos paseado por el pasillo de la sexta planta, con una formidable vista de Madrid en la lejanía.

En mitad de la mañana también he rezado (en lenguas) con una pentecostal africana, muy grave. Su mirada era muy profunda. Los médicos no le han ocultado su estado no reversible. Para los médicos y enfermeras esta mujer no era un número más, se han preocupado mucho, han hablado con ella, la han rodeado de ayuda y afecto.

La gente cuando critica a los hospitales por algo concreto suele tener razón. En el mío trabajamos 2500 personas. Entre tantas personas alguna ha perdido la ilusión y está enfadada con la vida, y eso lo sufre el paciente al que le toque ser atendido. Podría contar varios episodios de ese tipo. 

Pero más allá de ese tipo de sanitario desencantado, que existe, la gente no capta que el hospital es mucho más que habitaciones con camas. He visto con cuánto cariño han tratado las enfermeras, las auxiliares, los médicos a los pacientes. Hasta una señora que limpia las habitaciones puede ser (y lo son muchas veces) una ráfaga de aire fresco que entra en la habitación. Eso sin contar con el ambiente de amistad que reina entre ese personal vestido de blanco. Qué buenos momentos he pasado charlando relajado en la zona de descanso de enfermería que hay en cada pasillo.

Desde la gerente (no es fácil dirigir una orquesta de más de 2500 "instrumentos") hasta el que revisa los motores de los ascensores (siempre que paso me quedo mirando su labor), desde los cirujanos (uno de ellos, especialmente, es un santo) hasta los de seguridad (a alguno lo conozco desde hace nueve años), todos conforman esa unidad armónica que llamamos "hospital".

Lo que he visto, en mi día a día, año tras año, es que esa inmensa casa con 507 camas no es para nada una especie de “industria”, sino un lugar donde el paciente se encuentra con seres humanos que le van a atender. 

domingo, junio 26, 2022

Equal Justice under Law



No me canso de escuchar el Himno de Batalla de la República. Es el himno y lo que hay detrás de ese himno. Ya conté hace tiempo que la creación de ese himno es ya toda una historia en sí misma. Historia que resumo en sus líneas generales. La música no tiene autor, es una música popular surgida colectivamente en el Ejército. Posteriormente, Julia Ward Howe, una abolicionista, escribió un poema que sería la nueva letra de la canción. Curiosamente, esta mujer luchó por el abolicionismo, pero no creía en la igualdad racial.

La canción con la nueva música tuvo un éxito espontáneo. Sin ninguna orden superior convirtió en una canción que todo el mundo quería escuchar. La adopción oficial por la república vino como confirmación de su aceptación previa.

El poema tiene partes tan como estas (en algunas de sus palabras he puesto la traducción):

I have seen Him in the watch-fires of a hundred circling camps,

They have builded Him an altar in the evening dews (rocíos) and damps (humedades);

No son las partes melosas, previsibles, que escuchamos en centenares de canciones de iglesia y ya no digamos en himnos civiles. Sino que se trata de un poema nada convencional, profundo que con la música forma una unidad bellísima. Una composición con versos como estos:

I have read a fiery gospel writ in burnished (bruñidas) rows (filas) of steel:

"As ye deal with my contemners, so with you my grace shall deal";

Es curioso, y la gente sencilla entendió el sentido de este poema, el alma de esos versos y los repitió y los cantó.

Estos días a causa de la sentencia del Tribunal Supremo sobre el aborto no he dejado de escuchar esa música como una forma de expandir mi alegría, aunque esté solo en mi casa. Todavía me cuesta hacerme a la idea de que se ha ganado una batalla tan impensable, tan casi imposible. Para mí es como si, de pronto, la Estrella de la Muerte hubiera explotado en mil pedazos.

Sea dicho de paso, pocas canciones son tan graciosas, tan socarronas, como Yankee Doodle que estos días también he escuchado a discreción:

https://www.youtube.com/watch?v=qYcy0Y9Hu-A

Y es que cuando uno ha tenido una gran alegría, quiere escuchar canciones alegres.

sábado, junio 25, 2022

Ayer fue un día de una alegría que no conocía desde hacía años



Esta preciosísima estatua se titula La contemplación de la Justicia. Esta mujer, meditativa, en su mano tiene una representación de la Justicia vendada y apoya su brazo en un libro de Derecho. Cabe preguntarse ¿quién es la que medita acerca de la figura? ¿La justicia concreta? ¿El sistema judicial de una democracia? Que yo sepa nunca se clarificó ese punto.

Ayer fue un día de inmensa alegría. No pensé que llegaría a ver una sentencia del Tribunal Supremo como la que leí ayer. Estuve escuchando el verso Glory, glory, hallelujah y el resto del poema durante horas, como música de fondo.

Por otra parte, es una alegría en una situación de progresivo deterioro moral general que sigue su curso. Un bando que tiene perdida la guerra puede ganar una importante batalla, pero hay situaciones de no retorno. Estamos en mitad de un proceso de inexorable avance de la futura hostilidad pública hacia la Iglesia.

Con todo lo que me alegra esta victoria, reconozco que el retroceso general es inexorable. Creo que, en Estados Unidos, va a haber grandes victorias contra el aborto en los próximos años, y que vamos a tener muchas más alegrías. Pero esa sociedad sigue su camino de cambio, su camino hacia la apostasía.

Esta inmensa victoria va a dar tantos ánimos que va ser causa de próximas victorias. No obstante, la guerra la veo perdida ante la apostasía general. La batalla ya no es tanto contra el aborto, sino, en el fondo, contra el cristianismo. El aborto es un campo de batalla en una guerra espiritual más amplia: ¿cuál será el alma de las democracias del siglo XXI?

Se trata de una guerra no por ganar un territorio material, sino por conquistar el alma espiritual no ya de un pueblo, sino de toda una civilización.

Esta guerra espiritual se lucha con armas espirituales: la oración, el buen ejemplo, la caridad, la proclamación de la Palabra de Dios. Pero por más que trabajemos y nos esforcemos, el campo de la política, de los medios de comunicación y de la intelectualidad están perdidos. Podemos tener victorias parciales, pero el proceso es muy profundo y con características que lo vuelven irreversible a estas alturas.

La inexorabilidad puede parecer que es un pensamiento que es contrario al sentido cristiano de la la libertad. Pero recordemos que usamos esa palabra no en un sentido absoluto, sino según el sentido común. Por supuesto que no es absolutamente imposible que el apostolado vaya transformando todas nuestras sociedades. Ahora bien, hay guerras en las que el sentido común indica que ya están perdidas, aunque la derrota final llegue tiempo después.

Así hay que leer los pasajes en que Jeremías ya no aconseja la defensa de la Ciudad Santa a los hierosolimitanos.

Then the Lord said to me: Though Moses and Samuel stood before me, yet my heart would not turn toward this people. Send them out of my sight, and let them go! (Jeremías 15, 1).

Sí, el pueblo judío en el reinado de Joaquín y Jeconías había llegado al punto de no retorno. Estoy convencido de que Europa se convertirá en la sede del Anticristo. En una liga de naciones bajo una ideología que será un nuevo fascismo, una gran dictadura con todas las apariencias democráticas. Sabremos que esa dictadura ha llegado cuando veamos varios signos, signos dados en las Escrituras. Uno de ellos será ver cómo se revuelve con toda saña contra el cristianismo. También habrá, ¿cómo no?, un líder absoluto, indiscutible, con todos los poderes: un Putin en versión europea.

viernes, junio 24, 2022

Por fin he leído el texto de la sentencia. Impresionante.

 

(Continúa del post anterior). Por fin he leído el texto completo del fallo de hoy del Tribunal Supremo respecto al aborto.

https://www.supremecourt.gov/opinions/21pdf/19-1392_6j37.pdf

Impresionante la implacable lógica que aplica. Es un texto impecable. Y, precisamente por eso, hace trizas la sentencia del Caso Roe. No muestra la más mínima misericordia. Aquí entresaco algunas perlas:

Like the infamous decision in Plessy v. Ferguson, Roe was also egregiously wrong and on a collision course with the Constitution from the day it was decided.

Without any grounding in the constitutional text, history, or precedent, Roe imposed on the entire country a detailed set of rules for pregnancy divided into trimesters much like those that one might expect to find in a statute or regulation.

Roe’s failure even to note the overwhelming consensus of state laws in effect in 1868 is striking, and what it said about the common law was simply wrong.

The arbitrary viability line, which Casey termed Roe’s central rule, has not found much support among philosophers and ethicists who have attempted to justify a right to abortion.

Those criteria, at a high level of generality, could license fundamental rights to illicit drug use, prostitution, and the like.

En mi vida, a causa de mi pasión por el Derecho, he leído unas cuantas sentencias de tribunales. Pero esta es la primera vez que veo cómo un Tribunal Supremo desautoriza sin la menor piedad a sus colegas de unos años antes. Podían haber cambiado la doctrina con modos más diplomáticos. Pero han optado por decir la verdad: aquello fue un inmenso error sin ningún fundamento en el Derecho.

Conclusión: (Esta conclusión no es del Tribunal Supremo, sino mía). El feto nunca fue parte del cuerpo de la madre, sino un cuerpo dentro de su cuerpo. Pero es que, además, tampoco hay un derecho legal a hacer lo que quieras con tu cuerpo. Hay innumerables ejemplos legales de ello. No se puede vender un riñón, y eso sí que es parte de tu cuerpo.

Los tribunales supremos de muchos países han querido resolver por vía de decreto una cuestión filosófica de la que lo mínimo que se podía decir era que distaba de estar resuelta. Si hubieran actuado con justicia tantos jueces, lo mínimo que deberían haber reconocido era que se trataba de una cuestión filosófica no resuelta, pero en la que estaba en juego la vida de millones de seres humanos. Y en la que, por tanto, no se podía proceder hasta resolverla.

¡¡No es tu cuerpo!!

 

Esta tarde el Tribunal Supremo de Estados Unidos ha emitido un fallo histórico por el que el aborto deja de ser un derecho en todo el territorio de los Estados Unidos. 

A partir de ahora cada estado podrá prohibirlo o restringirlo con completa libertad.

¡¡Aleluya, aleluya, aleluya!!


¡¡Aleluya, aleluya, aleluya!!

¿Os habéis dado cuenta de que este fallo ha sido emitido justamente el día del Sagrado Corazón de Jesús?

Y el 24 de junio es la fecha para celebrar el nacimiento de san Juan Bautista, el señalado por Dios desde el vientre de su madre.

Poniendo música a la alegría de la noticia:

https://www.youtube.com/watch?v=p5mmFPyDK_8



Los ángeles que están más altos en la jerarquía

 

No me digáis que esta foto no es un retrato sublime. Qué ternura refleja, qué paz, como solo los niños pueden tenerla. Cambiando de tema, he subido una charla que creo que os interesará a algunos. Trata sobre los cuatro ángeles que están más cerca del trono de Dios. ¿Había algo que explicar al respecto? Había hora y media de cosas que explicar:

https://www.youtube.com/c/CanaldelPadreFortea/videos


Insignias específicas para los cuatro rangos episcopales

 

Aclaración

Perfectamente consciente de que algunas de mis ocurrencias litúrgicas no pasarán de tener una vida más allá “del papel”, sin embargo, me lo paso muy bien, me divierte, y me apetece compartirlas. Y, además, me las tomo muy en serio.

Introduccion

Hecha esta aclaración. Pensaba hace un mes (y me he vuelto a acordar del tema anoche) que sería interesante que cada rango del episcopado tuviera una insignia litúrgica propia. Los rangos eclesiásticos de obispo, arzobispo, cardenal y papa no son cuatro como podrían ser veinte o treinta. No, no es un número caprichoso. Esos cuatro rangos tienen su razón de ser. Cada uno tiene unas funciones específicas.

Una aclaración: El rango de arzobispo, hoy día, no tiene (en la práctica) ninguna función específica, es un mero rango honorífico. Persiste vaciado de todo contenido. En mi libro Colegio de pontífices explico cómo reformaría yo el actual sistema para que volvieran a tener funciones.

Reglas

La idea de que cada rango tenga una insignia propia debe cumplir una regla litúrgica: no inventar nada nuevo. Me parece de sentido común que algo como la liturgia, que expresa continuidad, lo lógico es rescatar algo (por ejemplo, la tiara) o reformar algo (por ejemplo, el palio arcaico que usó varias veces el papa Benedicto), pero no parece adecuado crear ex novo.

Rescatando elementos del pasado

Hay varios elementos litúrgicos del pasado que eran bellos y que podrían ser devueltos a su uso. Sobre la tiara papal ya he escrito en abundancia. El palio que usó el papa Benedicto (se llama omoforio), también. Véase ese tipo de palio en este link:

http://easternchristianbooks.blogspot.com/2016/09/powerful-papal-palliums.html

Dígase lo mismo de los largos palios medievales occidentales que iban prendidos con alfileres a los hombros. Hay infinidad de ejemplos en pinturas y estatuas, pero véase en este link el palio que le cae al papa (sentado) hasta los tobillos:

https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/9/9a/St._Peter_Niccoline_Chapel.jpg

Otro elemento interesantísimo era el pectoral con piedras que estaba en el centro de algunas casullas de la parte final de la Edad Media. Sobre esto escribí un poco en este link:

https://blogdelpadrefortea.blogspot.com/2022/05/discusiones-sobre-la-tiara-sobre-las.html

Si los arzobispos tuvieran de verdad funciones específicas, sería muy interesante recalcar su rango con un bello palio. El actual me parece estéticamente muy bello, pero los dos antiguos mencionados (el omoforio y el palio medieval largo) recalcarían más esa sagrada función.

¿Debería usar esos dos palios antiguos únicamente el papa para destacar su especial jurisdicción? En mi opinión sería preferible que no, por dos razones. Los tipos de palio antiguos los usaron los arzobispos en la antigüedad. Si los volvieran a poder usar, sería una restauración de una antigua tradición. La segunda razón es que ambos palios antiguos son estéticamente muy bellos. Algo tan estéticamente perfecto parece preferible que se pueda ver en las liturgias de todo el mundo y no solo en las papales.

El palio del papa nunca ha sido distinto del resto de palios de los arzobispos, creo que es mejor que siga así. Sin embargo, sí que es propio del papa el fanón. En este link se ve al papa usarlo:

https://www.infocatolica.com/blog/buhardilla.php/1210220653-la-senal-del-papa-el-retorno

En el link en que se veía un palio largo se ve el fanón medieval, otro ornato que pienso que sería interesante revivirlo, aunque solo se puede usar con casullas específicamente pensadas para usarlas con el fanón, es decir, más abiertas por la parte superior del cuello.

Considero que el papa con palio largo es mejor que no lleve pectoral de piedras. La tiara, el fanón y la férula papal (su bastón) son sus símbolos propios, no hay necesidad de cambiar nada ni crear elementos nuevos. Se trata de embellecer lo que ya hay en la tradición.

Detalles

Un pequeño detalle, si se usa casulla con pectoral de piedras, la cruz pectoral debe ir debajo de la casulla, sobre el alba. De lo contrario ambos elementos duros chocarían. Del mismo modo, si se usa palio largo medieval tampoco debería usarse casulla con pectoral de piedras, pues el palio taparía el pectoral de debajo, pues lo taparía. Incluso con el omoforion tampoco debería haber nada sobre la casulla para que el palio resaltase sin más elementos que “distrajesen”.

El único rango para el que no encontraba ninguna insignia litúrgica propia era para el rango cardenalicio. El capelo antiguo (amplio, con borlas) se puede usar muy dignamente con capa pluvial, pero no con casulla.

Después de darle muchas vueltas, pienso que el elemento distintivo sería que los cardenales pudieran usar un camauro rojo (sin armiño) sobre sus cabezas. Muchos sepulcros góticos muestran con toda claridad a los obispos (no a todos) con este tipo de camauro bajo la mitra. No llevaban el solideo actual, sino un gorro más fino que el actual camauro papal y que les cubría las orejas y la parte posterior de la cabeza.

Pienso que un camauro cardenalicio sería muy adecuado a su función: un ornato en la cabeza, pues ellos son la cúspide de los rangos eclesiásticos.

Conclusión

Al final todo quedaría así.

Obispo: pectoral con piedras, la cruz pectoral sobre el alba, bajo la casulla.

Arzobispo: palio normal o el palio medieval u omoforion.

Cardenal: camauro cardenalicio

Papa: fanón moderno y palio normal, o fanón medieval y palio medieval.

jueves, junio 23, 2022

Hay buenos profesores y malos profesores, todos cobran lo mismo

 

La foto es un ejemplo de magnífico retrato. Fotografía, pero verdadero arte. Increíble lo que me acabo de encontrar ahora mismo en mi casa, sin buscarlo: un examen mío de literatura de 1985. Un trozo de la que era mi vida hace 37 años. Estaba metido, doblado, entre las páginas de un libro de poesías de Antonio Machado. El tema de ese examen parcial era El Árbol de la Ciencia de Pío Baroja, no había más cuestiones.

Me ha parecido muy buena la larga explicación que ofrezco de ese libro en mi examen. Me ha sorprendido, sinceramente, que fuera tan profunda. Y sin embargo el profesor le puso un 4 en una calificación que llegaba hasta 10, según él porque no hacía un análisis de los métodos literarios del texto.

A la distancia de tantos años le hubiera dicho al profesor (que me caía muy bien, don José Mora) que me había leído el libro entero, algo que no sé si podrían afirmarlo todos los de la clase. Lo había leído y le había dado mi sincera y sencilla opinión.

Mientras que otros compañeros míos habían aprendido bien la lección más importante de la asignatura de literatura, la gran lección que yo no aprendí: "Lo importante no era leer el libro ni apreciarlo ni disfrutar con su lectura. Para sacar buena nota lo imprescindible era aprenderse de memoria, como un papagayo, las profundísimas razones que ofrecía el libro de texto acerca del estilo de ese título". Claro que mis compañeros (aunque no se hubieran leído el libro) hacían unos análisis magníficos: todo era pura memorización.

Era un gran hombre ese profesor. Pero como maestro venía ante nosotros a dar su monólogo, no había interacción alguna. Llegaba el momento del examen y se limitaba a valorar el mayor o menor número de datos que él consideraba que “subían nota”, pero que, desde una perspectiva que fuera al meollo del aprendizaje, resultaban irrelevantes. Aquellas clases formaban loros repetidores. Yo sí que había leído el libro, había tratado de meterme en sus páginas, pero eso no lo valoraba. Ese 4 de calificación me ha dolido más ahora en 2022 que entonces.

Yo no he vuelto a leer El Árbol de la Ciencia en ya casi 40 años y me acuerdo de la historia, de su estilo, de varios párrafos, de su atmósfera de la psicología del personaje. No creo que casi ningún compañero de clase mío pueda decir lo mismo. Pero me calificó con un 4.

Don José era una magnífica persona. Eso sí, el daba su clase, sus explicaciones, y después si varios alumnos sacaban malas notas no era cosa suya. “Lo que tienen que hacer es estudiar”, era toda su explicación. Los suspensos de sus alumnos (yo no tuve ninguno con él) no eran para nada problema suyo. Él, el maestro, no tenía nada que ver con eso. Ni se le ocurría que fuera conveniente tener una conversación con el suspendido para ver qué se podía hacer. “Estudia más” era todo su consejo.


miércoles, junio 22, 2022

La doctrina de la indisolubilidad le costó a la Iglesia un reino (y después un imperio)

 

Hoy es la fiesta de santo Tomás Moro, uno de los faros más excelsos que se han erigido para iluminar el camino de la santidad del matrimonio.

Por supuesto que para los comentaristas habituales de este blog es absolutamente obligatorio haber visto la película Un hombre para la eternidad. En incluso diré que es de mal tono no haberla visto menos de cuatro veces.

La película la considero, sin ninguna duda, una de las cinco mejores de toda la historia del cine. Aunque, en realidad, no es una película, sino un portento de la naturaleza. La calificación de “película magistral” no le hace justicia, es un adjetivo que se queda corto.

Si alguien no la ha visto, resulta imprescindible buscar dos horas sin la más mínima distracción, sacar el reclinatorio al salón, apagar el móvil y no tener niños ni gatos ni nada que pueda hacer que nuestra atención se desvíe de dos horas de toda una experiencia cinematográfica irrepetible. Desgraciadamente, solo se puede ver por primera vez una sola vez. La impresión de la primera vez. El choque estético, intelectual, de un cine admirable, pero no repetible. Cientos, miles de directores, han tratado de hacer obras tan impresionantes como esta: y no lo han logrado.

Este es el tráiler de la época:

https://www.youtube.com/watch?v=QBG6zrGcp8M&t=24s

A modo de curiosidad resulta público que estos críticos profesionales escribieron estas críticas:

Augusto M. Torres, El País       : Aburrido y teatral enfrentamiento entre Enrique VIII y Sir Thomas More.

Dave Kehr, Chicago Reader: El aburrido drama histórico de Robert Bolt funciona mejor como antología de los estilos actorales británicos.

Esta película es un homenaje que hizo Dios para honrar en la tierra a su héroe. El Todopoderoso tomó un buen director, Fred Zinneman (a mí no me entusiasma) y le encargó (a través de la productora) que hiciera una película. A partir de allí vino la tormenta perfecta de la genialidad: el guión de Bolt, la banda sonora de Delerue, el reparto, el ritmo de la cámara en varios momentos sin diálogo.

Post Data: No he elogiado esta película por motivos religiosos. No la he elogiado por tener un buen guión. La he ensalzado por razones puramente cinematográficas. Ya analicé con detalle el comienzo de la película, sin una sola frase, solo imágenes y nada más que imágenes, colocadas en una sucesion que es pura música para los ojos. Y en ese silencio, de pronto, comienza una de las más bellas bandas sonoras que he escuchado nunca. Una música que capta (en estilo isabelino) toda la pasión y vehemencia del drama de la historia que va a comenzar, de la carta que le envía el cardenal Wolsey. Es una cámara que se recrea en mirar. Qué comienzo. Un arranque digno de una sinfonía.

martes, junio 21, 2022

Las ruedas que vio el profeta Ezequiel

 

Respondo a unos cuantos comentarios de mis vídeos en el Canal del Padre Fortea. He subido uno nuevo sobre las cuatro bestias que vio Daniel. Como ha habido algo de tensión entre los comentaristas, y algo más que tensión, he pensado que estos comentarios serán un soplo de amabilidad y buenos sentimientos. Estos son los comentarios y mis respuestas:

Gracias padre por su enseñanza Dios le siga brindando salud (Mexico).

Bien sabe el Señor que nunca me olvido de agradecerle la buena salud que hasta ahora he disfrutado. Con pequeños achaques, pero nada serio.

Nunca, nunca, doy por supuesto la salud. Son tantas cosas las que pueden fallar. En la juventud la maquinaria está nueva. En la madurez comienzan los desgastes.

Pero, aunque nunca doy por supuesto la salud, reconozco que no soy nada hipocondriaco. Cuido la salud (no tomar azúcar, cuidar el colesterol, hacer ejercicio), pero vivo sin preocupación.

Sobre todo, en el tema de gérmenes y microbios quizá vivo demasiado despreocupado. Os sorprenderá, pero he tenido que volver a hacer propósito, como los niños, de lavarme las manos cuando vaya a tomar pan y cosas similares con las manos.

Padre fortea el que estuvo en el vientre del cetáceo no fue Job, fue Jonás.

He quedado a la altura del betún con ese lapsus. Pero es el típico error que adjudico a un cierto torpor de la vejez. Lo digo completamente en serio.

Cuánto me ayudas. ¡Gracias! ¡Fe y Amor a Dios!

Lo creo que te ayudo. Sea como sea yo como persona, sea como sea el valor de mi alma, si predico la Palabra de Dios, la fe y el amor crecen en las almas que son regadas con sus aguas. Qué importante es que el predicador repita, explique y profundice en las mismísimas palabras que Él nos dio. En el momento en que nos desviamos un poco a un lado u otro, nuestra explicación puede ser valiosa (¡puede serlo!) o puede no valer gran cosa.

Hola padre Fortea, ¿Este mundo es el Infierno... o es parte del infierno?, pregunto esto porque hay algunos exorcistas que dicen que el demonio actúa en nuestro mundo sin salir del infierno, a mi me queda muy claro, pero me gustaría conocer su perspectiva. Gracias.

La condenación es un estado. En ese sentido, a menudo, se afirma que el infierno es un estado. No es incorrecta la frase. Pero si hablamos en un sentido más preciso, el infierno es el “lugar” donde están los demonios con Satanás. Mientras que otros demonios están vagando sobre la tierra. En el Apocalipsis se afirma que se abrirá la Puerta del Abismo, de donde saldrán unos seres que son demonios.

Gracias por ayudarnos a reflexionar sobre nuestros propios tiempos de exilio. Por ayudarnos a deshacernos de nuestras ideologías. Gracias por ayudarnos a pedir el don de fortaleza y de sabiduría al Espíritu Santo. Gracias por ayudarnos a reconstruirnos como templitos del Señor.

La mayoría, no voy a decir “todos”, hemos experimentado la realidad del exilio babilónico. Todos hemos vivido el sentimiento de ausencia del Templo, de alejamiento de Sion, de cesación de la adoración levítica. Todos debemos ser “templo” y muchos hemos experimentado la invasión, el saqueo, la desolación del templo que somos. La historia de Israel (y la nuestra) es una serie de reconstrucciones y de destrucciones y robos del ajuar interno.

lunes, junio 20, 2022

Hoy he escrito lo que se me ha ocurrido

 

Seguro que algunos querríais que dijera algo sobre el nuevo presidente electo de Colombia, pues algunas personas están muy atemorizadas ante su perfil. Pero nada sé de él. Así que nada puedo comentar. Claro que si comentara algo de él sería en su relación con la religión o la moral. Aunque hable mucho de Hitler o Mussolini, mi criterio es restrictivo. Cuanto menos hable de ciertos temas, mejor. Del presidente de España creo que no he hablado ni una sola vez.

De Bukele sí que hablé. Ahora el bitcoin vale un 70% menos de lo que valía hace no tanto. Eso es un desastre para El Salvador. Un desastre previsible en el que él embarcó a millones de ciudadanos. Allá él, ya se lo advirtió el Fondo Monetario Internacional. Pero él iba a ser más listo que ellos. Ahora la deuda la pagará el pueblo sencillo.

El dato que dio Alfonso lo desconocía. En cualquier caso, fue una excepción. La vida religiosa no se vio alterada en esas tierras bajo ese gobierno nacionalista. Fue un verdadero regalo de Dios que se les ahorrara el baño de sangre que otros lugares sí que padecieron.

Hago notar que si hablamos de estas cosas es gracias a la Ley de Memoria Histórica, una verdadera infamia para la democracia. Que el Estado nos obligue a qué se puede decir y qué no se puede decir en materia histórica es una vergüenza.

Todos sabéis que siempre he defendido la democracia como el mejor sistema de gobierno. Pero defenderé la libertad para que si alguien piensa que es la monarquía absolutista o la dictadura o la aristocracia, pueda decirlo, defenderlo y publicarlo.

Aunque no lo llamemos así, ya tenemos un ministerio de la verdad en España que se ocupa de la historia, de la verdad acerca de si una mujer ha sido maltratada (se ocupa por vía legislativa), de la verdad acerca de la ideología de género, y de la verdad acerca del feminismo. El gobierno ha avanzado en su invasión de la sociedad a través de las leyes que los jueces se ven obligados a cumplir. Y a través de la presión social. Hacer determinados comentarios implica perder el puesto de funcionario, sin juicio alguno, por vía administrativa. Sí, hay un ministerio de la Verdad, aunque lo llamemos de otra manera.

Lo de los mártires de Nigeria, la opresión que sufren los católicos de Pakistán, la desigualdad legal de los cristianos de la India frente a sus conciudadanos. El futuro (que es nuestro presente) ha evolucionado de un modo que, desde luego, no ha sido el modo en que pensábamos los que veíamos el estreno de Star Wars o Galáctica.

Pudimos haber tomado otras decisiones. El mundo ahora podría ser de otra manera. A mis 53 años no dejo de pensar el mundo que les dejaremos a los que ahora tienen diez años. Nosotros teníamos tanta esperanza en el futuro, tanto optimismo. No es mera poesía vacía lo que voy a decir: Me duele que, en tantos países, millones de jóvenes de veintitantos años vivan con menos ilusión que la que tuvo nuestra generación.

domingo, junio 19, 2022

George Orwell o el arte de enmendar tarde y poco

 

Un amigo mío me ha pasado un artículo acerca de la decencia de George Orwell. En él se hablaba de esa característica: la decencia de este autor. Nada tengo que decir ni a favor ni en contra de tal virtud, pero voy a añadir un dato. Ese hombre vino a luchar a favor de la república a España, en la guerra civil. Narra lo que vivió en mi tierra, la comarca de Barbastro. Justo en la parte del libro en la que se detiene en Siétamo, una aldea por la que he pasado infinidad de veces camino del pueblo de mis abuelos, escribe lo siguiente en "Homenaje a Cataluña":

Me sorprendió que la gente de esa región de España careciera de genuinos sentimientos religiosos, en el sentido ortodoxo. Durante toda mi estancia nunca vi persignarse a ninguna persona, a pesar de que ese movimiento llega a hacerse instintivo, haya o no haya una revolución. 

Evidentemente, la Iglesia española retornará (como dice el refrán: la noche y los jesuitas siempre retornan), pero no cabe duda de que con el estallido de la revolución se desmoronó y fue aplastada hasta un punto que resultaría inconcebible incluso para la moribunda Iglesia de Inglaterra en circunstancias similares. 

Para el pueblo español, al menos en Cataluña y Aragón, la Iglesia era pura y simplemente un fraude sistematizado. Y es posible que la creencia cristiana fuera reemplazada en cierta medida por el anarquismo, cuya influencia está ampliamente difundida y que, sin duda, posee un matiz religioso.

Estas líneas son impresionantes. ¡Que carecía de sentimientos religiosos! ¿Que se desmoronó? Increíble. Este señor tenía treintaitantos años, no era un jovencito inmaduro. ¿Y no se dio cuenta de las matanzas que habían tenido lugar en esa comarca que recorría? No dejaron con vida ni a los seminaristas. En esas tierras que recorre y en la que no encuentra sentimientos religiosos, habían muerto como mártires más del 90% del clero. Todos ellos de un modo glorioso, sin una sola apostasía que los otros ya se hubieran encargado de publicitar.

La Iglesia se desmoronó… Escribió que se desmoronó como si fuera un acto impersonal, como un acto natural, como un árbol que se cae, como si empieza a llover. Se desmoronó. Como si un asesino en serie escribiera que sus víctimas estranguladas cerraron sus ojitos y se durmieron.

Él estuvo en medio de todo eso ¿¿y no se dio cuenta de nada?? ¿En serio? ¿Pero es posible? Desde luego, en vano encontraremos en todo su libro la más pequeña muestra de compasión hacia los cristianos martirizados, ni una sola palabra de piedad hacía las muertes, mutilaciones y torturas que sus compañeros de armas infligieron a personas por el hecho de ser católicas.

Orwell era un fanático comunista-anarquista. ¿Qué pensamos de los colaboradores del nazismo? ¿Qué pensamos de los que se inscribieron libremente en el partido nazi? ¿Por qué damos un tratamiento distinto a los comunistas prosoviéticos esa época, a los demonios anarquistas, a todos los marxistas que alardeaban de sus atrocidades? En esa época, para mí, ser un afiliado al partido comunista es moralmente equivalente a ser un afiliado al partido nacionalsocialista.

sábado, junio 18, 2022

Consejos para escritores de novela de mediana edad

 

♣ Se suele repetir que en literatura no todo está escrito. Falso. Pero allá tú si prefieres escribir en vez de ver la televisión.

♣ Escribir es un arte. Pero siempre es un arte para el que se requiere mucha menos inteligencia que para el arte de lograr que te publiquen.

♣ El mito romántico de que el escritor debe pasar hambre es falso. Lo que se ha demostrado que lo mejor es el frio. Con la sed también se pueden lograr resultados razonables.

♣ Muchos escritores te repetirán: Ten fe ciega en tu capacidad para el triunfo. Sí, es necesario. Probablemente lo que escribes no vale nada. Pero sí siempre es mejor mantener una cierta capacidad ciega en que el éxito está allí delante.

♣ Se suele aconsejar no abusar de los adjetivos. Pero tú eres un espíritu libre, las reglas no se han hecho para ti. Adjetiva a mansalva y pon super e hiper siempre que te dé la gana. La palabra guay también redondearía más tu estilo si la usas con frecuencia.

♣ Y no lo dudes, si un crítico te señala los errores de contenido de tu obra, es que no la ha entendido.

♣ A menudo en el crítico que te señala tus vicios literarios –según él– lo que subyace es su envidia.

♣ Cuando un crítico señala los fallos de tu libro, normalmente lo hace por la cantidad de traumas que pululan en su cabeza cuando realiza el acto de leer. Aconséjale un buen psiquiatra de la vieja escuela freudiana.

♣ Por último, embárcate en deudas a cuenta de lo que ganarás dentro de dos años (o dentro de cuatro, en el peor de los casos) en razón de tus ingresos como escritor. La presión de esas deudas serán el mejor acicate a la inspiración.

viernes, junio 17, 2022

Idiosincrasias maternales

 

Cuando he descrito proyectos como el de Monclovia en uno de mis libros, puede parecer que he perdido el contacto con la realidad, que proyectos tan grandes son pura megalomanía irreal. Pero, a veces, se nos escapan las dimensiones que tienen ciertos actos que ocurren en países de dimensión media. Por ejemplo, para la cumbre de la OTAN que tendrá lugar en Madrid, se espera la asistencia de 2000 participantes. No sé cuántos agentes serán desplazados a Madrid, pero se activará en el operativo a 6550 agentes de la Policía Nacional y a 2400 guardias civiles. Estas cifras no cuentan otros cuerpos que intervendrán, pero que son de la ciudad, como la policía municipal. Cubriendo el evento se estima que habrá 2000 periodistas.

A esto hay que añadir hoteles y restaurantes. Madrid recibía, antes de la pandemia, más de siete millones de turistas extranjeros al año.

Sin duda, las capitales de algunas naciones sí que podrían emprender grandes proyectos de complejos para edificios institucionales que sean llevados a cabo a largo plazo por ser muy ambiciosos. El Taj Majal fue un proyecto ambicioso, el Edificio del Parlamento del Reino Unido; incluso el Capitolio de Washington es un edificio, realmente, magno. Brasilia lo fue, pero no creo que saliera del todo bien. El Castillo Frontenac en Quebec es otro ejemplo de proyecto arquitectónico ambicioso.

Madrid necesita un edificio-símbolo, su Torre Eiffel, su Big Ben, su Coliseo, su Empire State Building.

Barcelona tiene el suyo, la Sagrada Familia. Sevilla, Bilbao, Santiago de Compostela tienen sus edificios icónicos.

Madrid tenía suficiente peso para haber emprendido alguna gran obra. Ahora no, desde luego. Vamos camino de una profunda recesión. Ahora no es el momento de meterse en más gastos.

Yo animaría a las naciones hermanas de Hispanoamérica a emprender proyectos de este tipo. Cualquier capital de ese continente está llamada a ser un centro turístico. Además, les animo a que sea un proyecto estéticamente propio, anclado en la historia del lugar, no una imitación de algo europeo.

Cada capital de América debería tener un edificio del que sentirse orgullosos sus ciudadanos. Algunas capitales, desde luego, ya cuentan con hermosos edificios o monumentos. Aunque quizá habría que ir más allá, es decir, hacer algo mejor todavía. Claro que la recesión va a ser mundial y ahora no es, precisamente, el momento.

.....

Ay, he escrito lo primero que se me ha ocurrido y quizá hubiera sido mejor contar algo sobre los ángeles o sobre el calor que paso o sobre que he comido. A veces me pongo un poco pesadito con mi pasión por la arquitectura. Hago propósito de no volver a caer en ello en mucho tiempo.