Alfonso, nuestro querido
comentarista, preguntaba ayer:
¿Y cuando, en medio de
uno de esos días de ayuno, sientas hambre (o ansiedad, ganas de comer) y tengas
comida cerca y fácil de agarrar?
Estimado Alfonso, lo
mejor es combatir ese impulso con el arte. Yo, por ejemplo, me pondría a ver
óleos de maestros holandeses para combatir la tentación. Así dejarías de pensar en la comida. Por ejemplo: