Acabo de ver el tráiler
de la película El exorcista del papa, basada en la figura del padre
Amorth. La productora después de dar a entender que se basa en la figura de ese sacerdote, debería añadir: "Cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia". Varios me han pedido mi opinión sobre ese avance de la película (que no iré a ver). Así que aquí doy mi opinión.
El exorcismo es lo que
aparece en los evangelios. Allí, entre todos los exorcismos narrados
encontramos uno más espectacular, el de los dos endemoniados de Gerasa, que
vivían en tumbas y rompían las cadenas. Pero incluso en ese caso, el más
espectacular de los que aparecen en esas páginas, narrado por dos evangelistas,
solo aparecen esos datos, datos que se resumen en la furia; con la añadidura de
la acción de los demonios sobre una piara cercana. Si hubieran ocurrido más
cosas en ese exorcismo u otros, nos las habrían contado los evangelistas. En
los relatos de curaciones, las descripciones son variadas y detalladas. Sin
embargo, en el campo de los posesos no había nada más que contar,
sustancialmente. Y eso que la labor exorcística de Jesús fue frecuente.
¿Qué estoy queriendo
decir con eso? Que lo sustancial de las posesiones es la furia en medio de una
situación de trance. De acuerdo que pueden hablar, que alguna rarísima vez
puede ocurrir algún hecho más llamativo: como vomitar algún objeto. Pero poco
más.
La visión que nos da el
cine de la acción del demonio sobre los posesos es exagerada, repleta de hechos
extraordinarios continuamente. ¿Por qué? Porque la visión hollywoodiana del
poder del demonio está desfigurada. La exageración en un campo (el campo de los
endemoniados) se debe a la exageración en el otro campo (la visión que tienen
del ángel caído).
Los endemoniados hacen lo
que muestra el Evangelio, con algunas variantes, eso es todo. Lo siento por los
guionistas, pero Dios limitó el poder del demonio para que no cayéramos en
temor hacia él, también para no fomentar atracción sobre sus potenciales
adoradores.
La labor del exorcista,
por ende, resulta también más humilde: consiste en orar, en el ascetismo,
intercalando órdenes de tanto en tanto durante los rituales. ¿Eso es todo? Sí,
eso es todo. El exorcista no ejecuta poses teatrales, no realiza nada
estrambótico que asemeje su labor a la de la magia.
Por mi experiencia y la de
otros, algunos relatos de exorcismos de siglos pasados sospecho que están descritos
con notable subjetividad, la cual lleva a que la imaginación tiña de hipérbole
los hechos que describen. Otros relatos actuales que narran hechos preternaturales
no digo que sean falsos, simplemente, insisto, en que no son la experiencia que
yo tengo.
Si negar nada que otros
hayan contado, parece lógico pensar que Dios haya
limitado la acción del demonio, tanto la ordinaria como la extraordinaria.
Pero ningún guion sobre
exorcistas estará completo si no unimos a él una cierta dosis de conjura, de
oscuros secretos maquinados por la jerarquía de la Iglesia. El guion requiere
que obispos y cardenales estén involucrados en el mal en su aparente lucha contra
el mal. Para un guionista si la acción del demonio requiere que esté deformada
(por exageración), así también la acción de la jerarquía de la Iglesia no debe
ser lo que parece ser. Esto resulta esencial: en una película, la jerarquía
católica nunca puede ser lo que parece. Los guionistas de Hollywood son extremadamente
anticlericales. De ahí que en sus historias, necesariamente, esa jerarquía ha
de estar involucrada en hechos espantosos, oscuros.
Una película de Hollywood
nunca puede mostrar una lucha entre el demonio (el mal) y la Iglesia (el bien),
sino que el demonio y la Iglesia están del mismo lado frente a un
exorcista-héroe. No he visto la película El exorcista del papa, pero
estoy seguro de que ya les he contado el final de la historia, lo siento.