Estaba escuchando un
profundo vídeo acerca de lo divido que están los Estados Unidos. La lucha entre
republicanos y demócratas se ha ramificado a los canales de televisión, a los
periódicos, a cada vez más y más ámbitos de la vida. Esto vale en cierta media
para España y para tantos países de nuestro entorno.
¿Esa división es
consustancial con la democracia? Las diferentes opciones de pensamiento, de
ideología, ¿conllevan necesariamente una vehemente división no ya algunos individuos,
sino de toda población?
¿No nos damos cuenta de
que esa división se podría producir con la máxima vehemencia, aunque solo
hubiera dos opciones de candidatos sin ninguna ideología detrás?
La división hasta el odio
se ha fomentado, se ha exacerbado. Los partidos políticos han echado gasolina
sobre las hogueras de la división. Insisto, se trata de un problema común a
infinidad de países.
La democracia, la
libertad, no implican la necesidad de que exista odio entre los defensores de
las distintas opciones políticas.
La idea original de un
parlamento es la del diálogo, la colaboración, la búsqueda del bien común entre
todos los representantes del pueblo. Pero hay que reconocer que casi todas las
democracias van cayendo en una concepción de la política que tiene que ver más
con dos equipos de fútbol enfrentados.
La única solución que veo
a esta dinámica a la que se ven abocadas las democracias la di en mi La decadencia de las columnas jónicas, propiciar
que, al menos, un tercio de los escaños del congreso esté en manos de
individuos completamente independientes.