Otro punto al que podemos
asomarnos es el de los títulos de los salmos: ¿pertenecen al texto sagrado
o no? ¿Son Palabra del Dios Todopoderoso
o añadidura humana?
Hay un artículo óptimo de
Patrick Nickerson que os ofrezco:
https://solagratia1517.wordpress.com/2017/09/01/psalm-titles-inspiration-and-thirtles-theory-pt-1/
Hay otro artículo
formidable que analiza las palabras que aparecen en esos títulos:
https://www.therain.org/appendixes/app65.html
Añado dos links más para el
que quiera profundizar; uno muy erudito y otro que puede servir de resumen:
http://www.lectio-divina.org/images/nyssa/On%20the%20Inscriptions%20of%20the%20Psalms.pdf
https://www.newadvent.org/cathen/12533a.htm
De nuevo, podemos apelar
a la autoridad de san Jerónimo y a la antigüedad de los LXX. En ambas versiones,
aparecen títulos en los salmos. De verdad os lo digo, después de mucha
maduración, después de muchos años, estoy convencido de que Dios inspiró tanto
a los sabios judíos que produjeron la versión de los LXX, como a san Jerónimo.
No estoy diciendo que ambos fueran infalibles en sus traducciones, no, no lo
fueron; pero me he convencido de que no solo fueron ayudados de lo alto, sino, incluso,
inspirados por el Espíritu Santo.
¿De qué hubiera servido
tener un texto sagrado inspirado por el Espíritu Santo si, de hecho, la gente
iba a leer una versión griega y latina llena de errores? Dios inspiró al
redactor y al traductor.
¿A todos los traductores
del mundo? No, rotundamente no. Pero Dios sabía que esas dos traducciones eran
las que iban a circular por todas partes. En el caso de la Vulgata, fue (prácticamente)
la única versión hasta el siglo XIX.
Así que si san Jerónimo consideró
parte del texto sagrado los títulos de los salmos, para mí eso tiene más que una
extraordinaria autoridad. ¿Por qué? Porque Dios cuidó su revelación. Porque el
Autor Divino cuidó el texto sagrado y la traducción de su texto.
♣ ♣ ♣
La conclusión de lo dicho
para la inclusión de los títulos en el texto sagrado vale para la exclusión del
contenido del salmo. Es decir, si la autoridad de Jerónimo y de los LXX vale
para considerar que están incluídos los títulos, su autoridad vale para dar por excluido del texto inspirado el
dichoso versículo de ayer respecto a la matanza de los niños.
Otra conclusión de todo lo dicho es que para mí tiene más fiabilidad lo que me diga la Iglesia respecto a un texto bíblico hebreo o griego que cualquier otra autoridad.
Añadidura: Mañana os aseguro que solo hablaré de lo que he comido o de alguna cosa graciosa del día o de alguna tontería, y trataré que sea una tontería muy irrelevante.