Ayer vi la consagración de Rusia y Ucrania
en el Vaticano. Nada que decir respecto al contenido, pero sí que me gustaría
comentar algo respecto a la forma. Insisto, respecto al contenido, todo
perfecto.
¿Cómo lo hubiera hecho yo si hubiera
tenido plena libertad para organizar el acto?
Hubiera mandado hacer una imagen ex
profeso para la ocasión. En este caso, dado que hablamos del este de
Europa, hubiera estado justificado un icono. Pero una imagen de tamaño natural
de la Virgen también está bien. Eso sí, yo hubiera pedido que hubiera sido una
imagen impresionante... que no costara nada al Vaticano. Hay muchos talleres
del mundo que hubieran gustosamente hecho una imagen formidable. Como la Piedad
de Miguel Ángel, pero no en piedra. Con la iconografía de la Virgen de Fática, pero
con una reinterpretación estética que fuera una gran obra de arte. No me voy a
extender en este punto.
El papa sentado ante una imagen de
tamaño natural. La imagen flanqueada por cirios en medio de una cierta
penumbra. Pocas flores, pero magistralmente escogidas y colocadas. De nuevo no
hace falta gastar, hay genios en ese campo que estarían encantados de pagarlo
todo. Ya tenemos flores, una iluminación perfecta para que resalten las velas,
con una iluminación suave directa a la imagen sin que no se note dónde está el foco.
Alrededor de la imagen, una corona
de cardenales con sus galeros y cogullas de un rojo intenso.
Sabiamente situados, como enmarcando
la escena, situados en los flancos de la nave central, los obispos con sus
hábitos corales. Yo hubiera situado esto en el centro de la nave central para
que visualmente resaltara más esta composición en un espacio vacío. No hubiera
colocado esto a los pies del presbiterio, porque el baldaquino eclipsa visualmente
todo.
Además, para que la basílica respirara
la calma de los espacios vacíos iluminados con luz natural, la hora para ello
tendría que ser más temprana, solo habría cien sacerdotes y doscientos laicos. Situados
en la zona de los bancos de los fieles.
La ceremonia hubiera sido casi igual
que vimos, aunque pensada para la televisión. Ayer podía haber dos mil personas
en la basílica, en la televisión hay millones. Con lo cual los movimientos de
la cámara, la iluminación, todo, debe estar pensado para la pantalla de
televisión y de Youtube.
Para la ocasión se podría haber
estrenado una composición creada para la ocasión, de manera que las preces
recitadas y la música coral se alternaran, formando una composición unitaria,
algo pensado así desde el principio. La música puede tener varios estilos, pero
como no me fio, hubiera insistido en algo de sabor a Tomás Luís de Victoria. Si
el compositor no me satisfacía, desde el principio, estará advertido de que se
tomarían fragmentos de autores que ya hubieran compuesto grandes obras.
https://www.youtube.com/watch?v=YXyqPDU0_fM
Y, por supuesto, una procesión, una
preciosa procesión. La Virgen en Fátima, si no me traiciona la memoria, entre
las varias cosas que les pidió a los niños los días que se apareció, también
pidió una procesión. No estoy diciendo que tenga que ser una procesión de muchísimos
integrantes, sino que las mentes vaticanas, los especialistas, se pregunten: “¿Cómo
podemos hacer una procesión de unas cien personas lo más bonita posible?”.