He acabado de revisar mi segunda
autobiografía. En esta segunda revisión me he reconciliado más con mi escrito. Me
da una pereza inmensa buscar ahora editorial. Salvo que surja alguna propuesta
interesante, de momento voy a esperar a presentarlo a valoración.
Hay que reconocer que en mi caso las
propuestas interesantes nacen de contactos, de alguien que conoce a alguien. Así
se publicó mi primera autobiografía.
Aunque mi primer libro se tituló Memorias
de un exorcista, en realidad, se trata de una autobiografía. El título
original y el que más me gusta no era ese. Este segundo libro hubiera querido
que fuera un libro de memorias más bien, pero al final lo que ha surgido ha
sido una biografía; con muchas reflexiones, pero biografía. Había muchas cosas
que contar.
Summa Daemoniaca se publicó
por una propuesta que partió de una editorial mexicana. Mi primera autobiografía
gracias a una llamada de Pitita Ridruejo a una amiga suya. Todas las
traducciones de mis libros han sido propuestas que han partido de otras
editoriales. Salvo la versión italiana, que nació de un encuentro casual con el
director de la editorial. Compadezco al pobrecillo escritor anónimo que
presenta su original a una editorial, es como una sardina en medio del mar. Sus
posibilidades de convertirse en ballena, son las mismas que tengo yo de
convertirme en obispo a título póstumo.
Os confieso que he escrito este post en la esperanza de que algún lector sea primo segundo del subdirector de alguna editorial.
Pero he de ser realista, este año hay más
posibilidades de que Putin invada Ucrania que el que yo publique mi biografía. Hay
más posibilidades de que aparezca un segundo volcán en Palma que el que podáis
hojear ese libro. El mundo editorial es así y resulta más probable que aparezca
la variante COVID-h141-Terminator que no el que os metáis en la cama con mi
obra en la mano.