Siguiendo el tema de los himnos de ayer. Si se quiere
se puede componer un nuevo himno se puede. Ahí está la UEFA con su bonito
himno We are the champions. Muy bonito, ¿aunque espero que no
pagaran al compositor por un más que evidente plagio de Haendel en Zadock
the priest?
Los jefes que lo pagaron se defendieron con lo de que
era una “adaptación”. Decir que es una “adaptación” lo veo demasiado generoso
para con el supuesto “compositor” actual.
Conste que en la nueva versión de la UEFA lo han
cambiado un poco para que el asunto no sea tan descarado. Y con cada nuevo
cambio se parece menos a Haendel y se hace un poco más feo.
Sea dicho de paso, muchos acusan a los Estados Unidos
de haber escogido un himno nacional que incantable. Para un español como yo, varias
partes resultan un trabalenguas.
Si los ucranianos componen un nuevo himno para su país,
les pediría que, ya puestos, —lo dije ayer— que compongan otro himno extra para
usarlo como himno del Estado Vaticano, porque el del Estado de la Ciudad del
Vaticano desde luego no es, precisamente, La Marsellesa ni
tampoco Men of Harlech. ¿Pero a quién se le ocurrió ese himno para
el Vaticano? No hay ninguna duda de que solo puede ser el resultado de la
acción de alguna sociedad secreta.