Haciendo limpieza de un pequeño
armario, el que sostenía la antigua televisión, he encontrado una bolsa de
plástico con una docena de CDs. He leído lo que había escrito en el primero: se
trataba de una charla dada en Medellín en el año 2007.
¿Lo leería mi ordenador? Le ha
costado. Se atascaba continuamente. Parecía varias veces que se había quedado
bloqueado el ordenador tratando de leer un archivo de terminación TS y que
abría un programa llamado “DVD Power”.
Al final ha aparecido la grabación. Me
he visto hace casi veinte años, predicando ante una multitud en esa ciudad de
Colombia. Sinceramente, no me ha gustado mi predicación. Pero no dejaba de
observar lo delgado que estaba yo.
He ido mirando otros CDs. En uno
daba una charla a un grupo de sacerdotes, también Colombia. En otro yo estaba
en Costa Rica, en el año 2008. Otros CDs solo contenían audios. Ninguna
predicación mía era de mi agrado.
No iba a indultar ninguna de esas
grabaciones. No las he tirado a la basura porque se las voy a pasar a una
persona a la que pienso que le hará ilusión verlas. Soy muy de tirar las cosas,
no me gusta guardar.