Como ejercicio mental, me
encanta ver las goteras de los sistemas constitucionales, las fricciones de las
maquinarias constitucionales. La democracia debería ser perfecta.
Y una democracia que
hubiera alcanzado la perfección sería la que generara alternancias en el poder,
pero sin creación de odios.
La política no me
interesa, pero me gusta analizar qué es lo no funciona en nuestros sistemas
parlamentarios. Lo que está fuera de toda duda es que la democracia funciona,
es real. Hay quienes creen que no existe democracia en España (o en Argentina o
en Chile o en Brasil, solo por citar algunos países) porque tienen la cabeza
llena de conjuras, llena de planes secretos. Fantasías que les hace ver la
realidad radicalmente deformada.
Tanto en Europa (salvo
Bielorrusia y Rusia) como en tantos otros países existe una verdadera
democracia, lo demás son teorías sin fundamento en la realidad. Eso sí, la
democracia es perfectible y hay que luchar por ello.