miércoles, agosto 11, 2021

Ya nos tocará nuestro turno

 

¿Qué opino de Castillo, presidente de Perú? Lo diré en dos frases:

—El presidente de una nación está ahí para solucionar los problemas de esa entidad colectiva.

—El presidente Castillo es, en sí mismo, el problema.

¿Qué podemos esperar del futuro para ese país si su presidente es ahora el mayor problema? Compadezco a los peruanos. Ahora bien, ya nos tocará a nosotros el turno. ¿Cuál será la futura versión española de Castillo o López Obrador?

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Hablando de López Obrador, qué bonito era cuando los peruanos, los mexicanos, los cubanos podíamos decir con orgullo: “El imperio es mi patria”. López Obrador quiere que los españoles pidamos perdón por la conquista. Si quiere, pedimos también perdón porque se hayan secado los canales de Marte y porque mi retatarabuelo se comió el último Pájaro Dodo acompañado con una guarnición de patatas fritas.

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Ante tantas malas noticias, ante la subida del precio de la luz, ante la ola de calor que nos invade, solo queda refugiarse en la BWV 847:

https://www.youtube.com/watch?v=ROva7ML3V68

Ella nos habla del orden de Dios, de la belleza. Ese preludio... roza una perfección que no es de este mundo. ¿Pero es que esa música es para humanos? Esta versión me gusta incluso más:

https://www.youtube.com/watch?v=CGVL5j6BEKs

No, Bach no necesita palabras para hablar de la armonía celestial que proviene de Dios. Su música nos habla de la mismísima arquitectura del orden divino. Escuchar ese preludio es ver un rayo de luz celestial.

Sea dicho de paso, la versión de Glenn Gould es olvidable completamente, no captó la indomable energía de esa pieza; desgraciadamente, lo mismo le pasó a András Schiff. Sin embargo, Richter, sí, sí que comprendió el espíritu de esa partitura. Acabo con la interpretación de Nathalie Matthys:

https://www.youtube.com/watch?v=R0nZjkh-U7I

Es como si ese rayo de celestiales armonías contuviera un destello del poder, del vigor, del dinamismo que se desprende de ese Trono de la Trinidad.