viernes, julio 31, 2020

Apuntes para una residencia papal (II parte).



La pintura es una reconstrucción de cómo podría ser la Basílica de san Pedro del Vaticano alrededor del 1450. Ayer hablaba de la residencia papal veraniega, la voy a llamar Hortus Clausus. Esa residencia sería una excusa perfecta para erigir una reconstrucción lo más exacta posible de cómo podía haber sido la primitiva basílica vaticana medieval. No se debe pensar que levantar ese templo costaría una fortuna. En su estructura, era extremadamente simple, a pesar de ser un templo muy extenso con cinco naves.

La basílica podría visitarse hasta la mitad con fines turísticos solo en unos horarios muy estrictos y bajo ciertas condiciones. En este lugar se debe preservar el silencio y el ambiente de oración. El edificio-muro adyacente podría crecer hasta ser un gran centro de retiros espirituales.

En el templo, habría una tiara papal y todas sus vestiduras litúrgicas y eclesiásticas desplegadas sobre mesas amplias. Digamos que esos elementos de la sacristía estarían expuestos. También unas llaves de plata de dos palmos de longitud y una réplica del Anillo del Pescador.

Cuando el papa estuviera presente en la residencia, la tiara, las llaves y el anillo se colocarían sobre una mesa en la mitad del pasillo central, como símbolo de su presencia.

En los muros internos de la basílica, habría un retrato de cada papa de la historia. No una réplica de los medallones de San Pablo Extramuros, sino algo que los dibujase con sus vestiduras reales históricas y que cada pintura fuese una verdadera obra de arte. Se podría pedir la colaboración de todos los artistas católicos del mundo. Pudiéndose quedar ellos la obra original y disponiendo a la vista una reproducción exacta, barnizada y enmarcada en el conjunto.

Todas las pinturas y estatuas deberían ser reproducciones para así desentenderse de la seguridad. Si alguna es dañada, siempre se podrá recurrir a la estatua original o a la pintura original para reemplazar la pieza vandalizada.

Esta basílica tendrá una cripta que se irá llenando con sepulcros sin prisa. Su decoración vendrá cuando se haya acabado la de la parte superior. Allí podrían descansar representantes de todos los grupos que forman la iglesia: familias, religiosas, sacerdotes, monjes, eremitas, laicos consagrados en el mundo. Se los podría disponer por grupos.

Se formaría un cabildo que se encargara del culto en esa basílica. E incluso se favorecería la creación de, al menos, un pequeño grupo de laicos que vivieran de un modo monacal en ese lugar, bajo la autoridad del cabildo.

 Dado que se trata de una residencia papal, la autoridad del deán vendría dada por un nombramiento vaticano. Incluso, con los diez pueblos más cercanos, se podría crear una pequeña diócesis cuyo obispo residiese en las dependencias de esa basílica.

Post Data I: ¿Créeis que el Partido Comunista estaría a favor de dar algo de dinero para un proyecto así? Se les podría decir que es para reactivar el trabajo enviando allí a algunos constructores y artesanos ahora en el paro.

Post Data II: Este es el típico proyecto que entusiasmaría a cualquier arquitecto: ¡una residencia papal! Y, creedme, lo que entusiasma a un arquitecto entusiarmárá a la gente.

jueves, julio 30, 2020

Apuntes para una residencia papal (I parte)







Las fotos de hoy no tienen nada que ver con la residencia que voy a describir. Sé que es una tontería acerca de lo que voy a escribir hoy, pero, bueno, no tengo por qué contenerme. Sí, tampoco encuentro una buena razón para cerrar mi boca.

Hoy estamos sufriendo en España una ola de calor de esas inmisericordes. Son ya casi las 5 de la tarde y hace 39º a la sombra. Al sol prefiero ni pensarlo.

Estaba pensando en la utilidad de que el papa tuviera una segunda residencia en Polonia. Allí estaría fresquito, podría pasear por bosques preciosos y acercaría la figura de Pedro a sus hijos. Ventajas para él, ventajas para sus hijos.

¿En qué tipo de residencia estoy pensando? Pienso en una cabaña de madera, sencilla, de aspecto rural, con tres habitaciones, una cocina, un salón de estar, un despacho, una cocina y dos aseos. Un lugar sencillísimo para vivir con su secretario y una habitación de invitados.

La cabaña tendría alrededor un muro que le dejaría un terreno alrededor: entre dos y tres hectáreas. Ese terreno no sería un jardín, solo un prado con árboles y senderos para pasear; eso y solo eso.

Alrededor de ese terreno, el muro iría convirtiéndose en un edificio-muro donde se situaría la seguridad del lugar, un salón digno para recibir a los grupos de peregrinos y otras dependencias que, con el tiempo, seguro que irían completando todo el rectángulo.

El papa podría ir un mes al año allí (si quiere más tiempo, pues más) y el resto del tiempo sería usado como lugar para retiros espirituales. Por eso, el edificio-muro tiene que ser bonito para atraer a la gente. Después, los que hagan el retiro allí podrán pasear en el “prado papal”. Se convertiría en un lugar turístico que ayudaría a su mantenimiento. Pudiendo haber una parte para retiros y otra que funcionara como un hotel.

Es cierto que el papa en su tiempo de descanso se puede ir a cualquier lugar del mundo e, incluso, cambiar cada año de destino. Pero este lugar se mantendría solo, y con un hotel se recuperaría lo empleado en su construcción.

La ventaja es que se convertiría en un icono de la sencillez papal:  una cabaña en medio de un prado.

Pero tener un lugar así supone que el sitio ya está preparado para salvaguardar su seguridad, que se puede emplear para recibir a grupos y que a la gente le hará mucha ilusión tener un lugar que les acerca a “su padre espiritual”. Solo veo ventajas dado que el coste se recuperará. Al cabo de pocos años, veríamos que habíamos recuperado la inversión y, además, teníamos una residencia papal cuya presencia predicaría por su sencillez.

Post Data: Sed comprensivos con estas salidas de pata de banco. Quizá el post de hoy está provocado por un calor de proporciones bíblicas en un piso sin aire acondicionado.

Seguro que lo que he dicho es una locura, pero este tipo de insensateces son las que, a veces, se acaban llevando a cabo.

miércoles, julio 29, 2020

La casta política: no hay tanta diferencia entre los de ahora y los que antes vivían en un castillo. Solo que ahora viven en castillos discretos.



Los que me leéis hace tiempo sabéis que mi opinión de la mayoría de los políticos es muy mala. El sistema promueve que los mediocres prosperen, que los que se pliegan a todo sin hacer preguntas sigan avanzando. Ya sé que hay buenos políticos, ¡los hay! Existen, pero rodeados de botarates.

Podéis cambiar de país, casi siempre os encontraréis con el mismo tipo humano detrás de la mesa del despacho: sin muchas ideas, sin mucha iniciativa, sin mucho interés por la gente. Su oficio son los discursos, las entrevistas, el chanchulleo con otras fuerzas. Ser político es posar bien para hacer la foto, saben a quien tienen que saludar para salir en las noticias. Ese es su trabajo. 

De esta calidad humana se pueden dar muchos ejemplos que no son excepciones, sino la prueba de que el sistema está copado por esta casta. Bien, todo esto ya lo sabemos. Pero es que hoy he visto en las noticias una de estas pruebas de su majadería que me ha partido el corazón. Insisto, he visto la prueba, una más, de que el mal es sistémico.

Ha salido la noticia en Antena 3 de una madre a la que un okupa se le metió en su casa. El proceso, en España, para sacar a un ocupante ilegal de tu propia casa suele demorarse, como media, de dos meses si todo sale bien.

El caso es que, cuando por fin el okupa salió de la casa de esta pobre mujer, una mujer que para nada era rica, el que salió metió a otro ocupa dentro de la casa. Cuando llegó la dueña, se encontró con que no podía entrar y todo el proceso judicial volvía a empezar porque se trataba de una nueva ocupación. La dueña desconsolada mostraba todas sus pertenencias personales tiradas en un montón en un pasillo común del edificio.

Os podría contar esta misma historia multiplicada por millares de veces. En España, ahora, hay 100 000 viviendas ocupadas. Ha habido casos verdaderamente lacrimógenos: como el de un abuelo expulsado de su propia casa por la nieta. Un día, el anciano volvió a su casa y se encontró con la cerradura estaba cambiada y ya no pudo entrar.

¿Por qué no se cambia la ley? Porque se necesitan los apoyos de los partidos de izquierdas. Les da lo mismo el sufrimiento humano, cada año, que esta injusticia produzca. Les da lo mismo que hayan entrado en tu propia casa y no tengas adónde ir. Ellos cobran mucho al año sin contar las dietas que van aparte.

A los políticos, que son egoístas profesionales (algunos son mentirosos y ladrones profesionales, demostrado por sentencia judicial), les importa un bledo este sufrimiento: lo importante es no perder unos cuantos votos en la investidura.

He escrito este post para poner mi granito de arena, pequeñísimo. Pero solo tengo derecho a patalear, porque el sistema, la maquinaria, está muy bien atrapada (legalmente atrapada) y no hay nada que hacer. 

Por eso escribí, hace años, La decadencia de las columnas jónicas. Porque es el sistema entero el que debe ser cambiado. 

En fin, menos mal que todo se va a hundir en esta generación y lo que salga de aquí tendrá más salud moral. Los políticos seguirán siendo malos, eso es inevitable, es como la ley de la gravedad. Pero, al menos, no serán tan malos como ahora. 

Lo bueno del siglo V es que ya no estaba Nerón o Calígula al mando del timón, y eso ya era un avance. Ahora estamos todavía en una etapa preneroriana y precaliguniana. Todavía no ha llegado la ola de calor más sahariano. Pero llegará, llegará. Dadles tiempo. Dadles tiempo para que se cocinen en su salsa.

martes, julio 28, 2020

Así imaginaba Polenov a Jesus paseando junto al Lago de Galilea.



No me imagino yo así a Jesús. Pero el cuadro está hecho con fe y cariño, y eso se nota.

Hoy he ido con amigo a visitar el Museo Arqueológico de Madrid. En la tienda de recuerdos, le he aconsejado que se comprara un casco romano para cuando iba a visitar su exmujer.

Cuando hemos pasado al lado de una reproducción del cráneo de un australopithecus le he dicho: ¡Mira, tu abuelo!
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Sigo leyendo a san Clemente, papa. Me estoy esforzando por escuchar su palabra como si me imaginar al Pedro de la película Quo Vadis. La predicación de esa película me parece una de las mejores que he escuchado en toda mi vida. Su contenido no tiene nada nuevo, pero es el tono lo que hace de ella algo intenso y formidable. A ver si logro sacar fruto así de la carta de san Clemente.
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Un tema sobre el que he meditado a menudo, desde hace varios meses, es el del abuso de la gracia. El tema consecuente de la condenación eterna ya lo reflexioné mucho para mi libro Las leyes del infierno. Pero ahora lo que me interesaba era este otro asunto: el abuso de la gracia por parte del creyente, pero dejando aparte la consecuencia consumada y final de la condenación. Analizar ese hecho el abuso desde el lado de Dios. Y, sobre todo, analizar cómo salir de ese círculo vicioso cuando se ha abusado mucho. Cualquier cosa que podáis decir en los comentarios os lo agradeceré. Y, sobre todo, versículos que nos ayuden a entender esta realidad y cómo salir de ese círculo cerrado y cada vez más cerrado.

lunes, julio 27, 2020

Jerusalén, Jerusalén, cuántas veces...



Como cierta comentarista, a la que considero esencial en el blog –varios lo sois, ya lo sabéis--, escribió este comentario, me gustaría dar mi explicación. Ella dijo, citando una línea de mi post que pongo en granate:

"También hoy en día hay una cierta cátedra de Moisés"
¡Qué crítica más sagaz! Me encanta esa ironía, porque además es bien cierta.
Ahí se sientan los escribas y fariseos.
¡Qué astuto, P. Fortea!

No, de verdad que esa no fue mi intención. Por supuesto que ahora sigue habiendo santos y pecadores, mediocres y un poco de todo, de todo lo bueno y de todo lo malo. En la Iglesia encontramos lo mejor, y algo de lo peor.

Pero no fue esa mi intención. Moisés fue una figura única, irrepetible. Una figura única para una función única. Moisés fue llevado de la tierra, pero quedó su cátedra. En esa cátedra se sentaron los fariseos y escribas, ahora sus rabinos y rabinos mayores (o rabinos-jefes o rabinos-mayores).

Dios creo la cátedra de Pedro y ahora también tenemos nuestros propios fariseos (maestros en teología), nuestros propios escribas (expertos en las Escrituras) y sacerdotes (los presbíteros). Estos tres tipos los menciono sin connotación negativa alguna.

La mayoría de los escribas y fariseos de la historia de Israel fueron buenos. Los de la época de Jesús constituían una institución corrompida que consumó sus iniquidades con el rechazo al Mesías. La condena de Jesús es general al referirse a ellos. No eran gente buena que rechazó a Jesús. Sino gente mala que colmo el vaso de la Paciencia Divina.

La pintura muestra a Jesús juzgado por el sanedrín.

domingo, julio 26, 2020

Rabinos, nuevos sanedrines, un pueblo, el rollo de la Torá



En el apéndice de mi novela sobre san Pablo, planteo la cuestión de la distancia cultural, teológica y hasta genética del actual pueblo judío con respecto a los judíos del mediterráneo del siglo I.

Cuando uno ve a los jasidim, uno puede estar seguro de que visten de manera radicalmente distinta a la de los hebreos palestinenses, sus tradiciones son distintas, su lengua yidish, los libros no sagrados que leen como base de su tradición, etc. etc.

Es cierto, esa diferencia existe. ¿En qué se parece un celta de la época de Julio César a un parisino del siglo XXI? Los genes de las tribus aquitanas del siglo I han podido continuar (mezclados) hasta hoy, pero todo es distinto. ¿Es así en el caso judío? La respuesta es no.

Veo al pueblo judío y veo la continuidad. La continuidad de un pueblo reunido en torno a la Torá. Casi todo lo demás ha cambiado. Los judíos jasídicos más sencillos se sorprenderían al saber que muchas de las tradiciones judías que siguen son tradiciones europeas de los últimos cinco siglos antes de que se petrificaran en el siglo XVIII en Ucrania y Bielorrusia.

Pero sí, veo continuidad. Es el mismo pueblo. Claro que mi novela será una defensa de los judíos liberales actuales. Esa visión liberal, flexible, razonable, ya existía en el siglo I. El verdadero judío no es el jasídico. El pueblo judío, en el siglo I, era el conjunto que formaba la suma de todas las mentalidades y escuelas, algunas muy liberales. Lo mismo sucede hoy. Un judío liberal no debe sentirse avergonzado. La Torá es la regla, no la suma de cientos, miles, de aditamentos. Un judío liberal que no lleva la kipá y viste como el resto de los conciudadanos no es una traición. Así eran también sus ancestros antes de la destrucción de Jerusalén. Pero también había escuelas entonces que coinciden (en la mentalidad) con lo que hoy serían los jasídicos. Y por eso también ellos tienen su lugar, con todo derecho, en el universo judaico actual.

¿No dejamos de ver ciertas concomitancias con el desarrollo del cristianismo en todas sus ramas? También, hoy día, hay una cierta “cátedra de Moisés”. En la Iglesia, desde luego, existe una cathedra Petri.
En fin, os pongo este precioso vídeo:


Post data: Nunca he asistido a una cena de sabat. Me haría mucha ilusión asistir a una con una familia judía. Espero que algún día sea invitado.

sábado, julio 25, 2020

Jesús con tres discípulos



Hoy me ha escrito Alfonso, pasándome varias obras de patrología. Yo le he animado a que leyera mi trilogía sobre Dios. Ya me debe haber dicho unas cincuenta veces que las ha leído. Todo esto de recomendarle mis libros me ha parecido una variante del famoso cuento del Payaso Pagliacci. Para el que no lo sepa es este:

Un hombre va al médico y le dice que está deprimido, que la vida es dura y cruel. El médico le dice, el tratamiento es muy sencillo, el gran payaso Pagliacci está en la ciudad: Vaya a verle, eso le animará. El hombre rompe a llorar, pero doctor, le dice: Yo soy Pagliacci.

Me ha recordado a una variante. Os la cuento: Un lector va a la biblioteca y le dice al bibliotecario que ya ha leído a Ignacio de Antioquía y que también ha leído al Nacianceno, a Buenaventura y a Schmaus.

--¿Qué me aconseja ahora? ¿Qué tiene en los anaqueles?

--Nos quedan autores menores. ¿Ha leído a Fortea?

--Perdón... pero, usted es Fortea.

--No lo niego, pero si se examina, verá que usted también lo es.

El lector reconoció que era cierto. Y dijo:
--Entonces eso significa...

--Exacto. Que estamos en una obra de Fortea

viernes, julio 24, 2020

Otra pintura del mismo autor. Creo que es Jesús después de ser condenado por el sanedrín.



He borrado mi comentario acerca de mi lectura de la Carta de san Clemente. No quería parecer que soy poco respetuoso. Pero es cierto que hay autores sacros que te tocan el corazón o instruyen tu mente; y, sin embargo, otros no tienes la sensación ni de lo uno ni de lo otro.

Pasa lo mismo con las novelas. A veces un autor que dicen que es un libro sensacional y, no obstante, te aburre. Os podría decir nombres de personas muy santas a las que admiro, pero cuyos escritos no noto que me beneficien.

Os debo confesar que soy un gran admirador de la parte de la teología que es la patrística. Pero, hoy por hoy, no he logrado que su lectura me resulte provechosa; o, al menos, no la capto de esa manera.

Pero os aseguro que he hecho muchos intentos para que me guste. Por ejemplo, escoger obras muy renombradas. En otras ocasiones, lo que hice fue leer una antología de textos. Pero nada. Y os aseguro que lo intenté.

Post Data 1: Me quedo gratamente sorprendido al ver el nivel de algunos comentaristas. De verdad, no lo digo con ironía, "Mirada" me ha sorpendido mucho, para bien, el que hayas leído a tantos santos padres. Y te doy la razón en lo que dices de que los más ascéticos son los que, hasta ahora, más me han gustado. Aunque solo he leído a los padres del desierto.

Pero me voy a esforzar, porque las lecturas patrísticas son sin duda un campo que me falta en mi vida como católico.

Post  Data 2: Corrijo un error. La pintura es de Nikola Ge. Y se titula "Jesús siendo juzgado". No me gusta el rostro de Cristo ni su pose. La ambientación es fantástica. La cantidad de detalles errados es notable. Aun así, el cuadro es muy bueno, lo reconozco.

jueves, julio 23, 2020

Una pintura de Vasili Polénov



Creo que la pintura representa a Jesús siendo examinado para su mayoría de edad religiosa.
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Después de la comida, es cuando me dedico a mirar cosas tontas en Internet, antes de hacer alguna llamada y, finalmente, reintegrarme al trabajo. Y había un asunto que quería mirar desde hacía tiempo: ¿era santo Tomás de Aquino... gordo? O, para no ofender: ¿era gordito?

Pues sí. Según he leído eso es lo que cuenta su estudiante, Remigio de Florencia. A partir de hoy, cuando rece el breviario, en su fiesta, rezaré el común de gordos.

Post Data: El pobre Tomás, encima, también estaba algo calvo.
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Para no acabar como santo Tomás de Aquino, he almorzado ensalada y pan integral. Buf. He tenido que compensarme con chocolate. El Aquinate lo tenía más fácil lo de perder, ¡no existía el chocolate!

Además, el Aquinate salía a pasear al claustro. Yo, en mi piso, no tengo claustro, creedme, no tengo. Y hay una diferencia muy grande entre perder peso con claustro y sin claustro. Entre perder peso comiendo verduras hervidas en el refectorio, a perder peso viendo las sugerencias culinarias de Carlos Arguiñano para ese día. claro, es que los antiguos lo tenían muy fácil.

Correspondencia del día



He recibido una carta que voy a responder hoy aquí. La parte azul es la mía. La carta que he recibido está abreviada.

Estimado Padre Fortea.
Ante todo reciba un cordial saludo de este laico venezolano (...). Mi nombre es X. Tengo X años, soy X. Católico y misionero.
Durante los dos últimos años de mi vida he dedicado especial atención a su obra, deteniéndome por largas horas en su libro Summa Daemoniaca , el cual ha sido de mucho provecho espiritual para mí (...).

Te recomiendo la lectura de la segunda parte Las corrientes que riegan los cielos. Y de su tercera parte Las leyes del infierno.

Una de mis preguntas es (...), gracias a las sagradas escrituras sabemos que nuestro Señor Jesucristo ascendió al cielo (...) ¿Qué lugar ocupa en la realidad inmaterial de la divinidad el cuerpo mortal de nuestro Señor Jesucristo?

Las dos naturalezas están unidas, no mezcladas. Nada se le puede añadir a la Naturaleza Divina. El único punto de unión solo puede ser la Persona. En la Persona del Logos, se unen lo divino y lo humano. La unión es en la persona.

Así mismo me surge la misma duda con respecto a la Asunción de María santísima.

No sé exactamente a qué te refieres: ella tiene cuerpo y alma. María solo fue divinizada por la gracia. Participa solo de forma limitada de esa Naturaleza Divina, participa como criatura, solo por la gracia.

Sin más a qué hacer referencia por ahora, le agradezco entrañablemente el aporte que ha hecho a la iglesia desde su ministerio. Lo abrazo con un profundo amor fraternal en Cristo Jesús.

Qué bonito, pensar que he aportado algo a la Iglesia. Voy a pensar que sí. Al menos, para darme ánimos y seguir trabajando. Porque, entiendo a santo Tomás de Aquino no ya queriendo quemar sus obras, pero sí con una conciencia muy grande de la vanidad que es todo.

miércoles, julio 22, 2020

Notas sueltas



Este verano me está resultando uno de los más frescos en los últimos diez años. Sí, noto que hace calor, pero no me agobia para nada. Hasta duermo muy bien. Quizá sea la edad, quizá el coronavirus. Tal vez es que duermo mejor en tiempos de crisis, no sé.
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He hecho propósito de leer cada día dos páginas de los padres apostólicos. Copio de la Wikipedia:
Se llaman padres apostólicos a los autores del cristianismo primitivo que, según la tradición, tuvieron algún contacto con uno o más de los apóstoles de Jesús de Nazaret. Son un subconjunto de los padres de la Iglesia, se trata de escritores del siglo I y de principios del siglo II, cuyos escritos tienen una profunda importancia para conocer qué creían los primeros cristianos.
Así que voy a ir sistemáticamente leyendo uno a uno. Por lo menos, ese es el propósito. Ya os iré contando.
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Después del confinamiento, hice propósito de aceptar cuantas invitaciones me hicieran a cenar y de yo mismo invitar a cenar a mi casa cada semana o cada dos semanas. Hoy he invitado a los primeros. Una señora que es mi ángel de la guarda espiritual y al que me sincroniza los vídeos. Invité también a un compañero sacerdote, pero tenía una reunión parroquial. Y a otros dos sacerdotes les llamé ya con poco tiempo de antelación.

Menú: Paella de chipirones, dos tipos de ensaladas (una de guisantes, alcaparras, canónigos y queso a la mostaza; y otra de pepino, tomate y un aceite con hierbas macerado con pescado), también un poco salmón marinado y dos tipos de postres polacos traídos por uno de los invitados. La verdad es que a mis dos invitados de hoy les debo mucho.

Invitar a cenar es un modo de luchar contra el aislacionismo que se ha metido en la médula de la psicología de las personas durante esta pandemia.

lunes, julio 20, 2020

Vanas ilusiones arquitectónicas




En arquitectura, se pueden hacer cosas preciosas y sin gastar fortunas. Basta ver las fotos de arriba. Véanse las fotos que he puesto arriba. Podría haber dedicado mi vida a trabajar como párroco y haber cultivado como afición el ofrecer mis servicios a las diócesis como sugeridor de ideas arquitectónicas. En vez de centrarme en la literatura, podría haberme dedicado a eso, sin dejar de ser párroco. Podría haber presentado proyectos más en serio, con un acabado más profesional, no meros bosquejos.

Pero estoy seguro de que no hubiera logrado nada. Podría haber presentado proyectos concretos para nuevos templos: el resultado hubiera sido cero.

En todas las diócesis, en todo el orbe católico, las relaciones entre el obispo, sus consejeros y el arquitecto finalmente elegido conforman un tejido de relaciones donde la “relación” lo es todo. No importa lo que presentes sobre el papel. La relación, al final, es la que se lleva el gato al agua. Y, por supuesto, el arquitecto elegido (no importa lo malo que sea) no querrá ni oír hablar de la más mínima sugerencia ni siquiera sobre los canalones del tejado para la lluvia.

Me alegro mucho de, hace años, haber tomado una decisión central a favor de la literatura. De lo contrario, mi andadura en la arquitectura se hubiera resumido en esta frase: no haber logrado nada.

He llegado a tantear una diócesis de Australia que tenía que construir una nueva concatedral. Pero, de todas las personas con las que he hablado, un caso ha sido el más doloroso para mí. 

En cierto lugar de España, tuve muchas conversaciones con un arquitecto que iba a construir una parroquia. Tuve muchas conversaciones con él.

Cuando, finalmente, se aprobó el proyecto, no me tuvo en cuenta para nada, ni para lo más mínimo. El resultado fue un templo feo. Un día me animé a coger el coche e ir a verlo in situ. Pregunté a los feligreses, al párroco, todos estaban de acuerdo: a nadie le gustaba esa iglesia. Solo había una persona a la que le gustaba: al arquitecto.

No dije nada. Pero esa parroquia podría haber sido muy distinta con el mismo presupuesto. Hablé con una persona de su oficina de arquitectura. Me dijo que la culpa era del obispo. Pero no, no era cierto. La única culpa del obispo era haberle elegido a él. Y cuando el resultado fue el que fue, y era evidente que no gustó a nadie, no valía aferrarse a los pocos cambios que el obispo había pedido para decir que ya no era “su proyecto”.

Pero ese caso me mostró que la irrupción de un extraño en esa maraña de relaciones arquitectónico-curiales es una batalla perdida. Porque solo en un lugar intenté con todas mis fuerzas influir con sugerencias, con consejos, con ideas, y no logré absolutamente nada.

Al menos, mis libros quedarán. Al menos, no habré empleado mi tiempo en proyectos concretos que se quedarán en una carpeta. A veces, me pregunto cómo puedo pretender este tipo de ilusiones, cuando, a la vista de todos, hemos contemplado el apuñalamiento estético que ha sufrido la Catedral de la Almudena, año tras año. Si ni la Almudena se salva, ¿qué podemos esperar?

Estos crímenes arquitectónicos, repetidos y reiterados sin arrepentimiento, generalizados, ¿no son el síntoma de una enfermedad más profunda? Cuando algo se hace mal de forma repetida, ¿qué es lo que no funciona en el sistema organizativo eclesial?

domingo, julio 19, 2020

Un ejemplo de exquisita arquitectura actual



La foto que he colocado me entusiasma. En arquitectura, lo formidable puede ser muy pequeño.

Estos últimos días he estado contactando varias editoriales para la publicación de mi novela sobre san Pablo. Ya he recibido dos negativas amables. Al menos, han sido amables. Tengo que recibir otras dos respuestas de otras dos editoriales. Si estas fallan y me dan otra “respuesta amable”, mis posibilidades de publicación con editoriales no religiosas serán muy pequeñas.

De nuevo, se cierne el temor a que una obra en la que hay volcado tanto trabajo pueda ser leída por unas cien personas. Cinco meses de trabajo, sin contar con que era un libro en el que ya había principiado ocho años atrás. Libro principiado, retomado y vuelto a retomar. Sin ninguna duda, este título es la novela que más horas me ha llevado en toda mi vida.

Si la obra no es publicada por una editorial, en papel, sus lectores se reducirán muchísimo. Si alguno de vosotros tiene algún contacto con una editorial o un agente literario, se lo agradeceré. Si alguien es sobrino de Bill Gates, vecino de Soros o novia de nieto de Rothschild, también estoy abierto a propuestas. ¿Amancio Ortega lee mi blog?

Sé que se ha dado mucho dinero para salvar a los koalas o a los osos panda. Pero, en realidad, ¿a quién les interesan esos mamíferos obesos y perezosos? No se puede comparar leer una apasionante novela con esos caprichosos bichos peludos.

Debo decir, para animarme, que esta situación tan desmoralizante la viven, hoy día, todos los escritores, incluso, los que hace veinte años publicaban con éxito. Mis ayes literarios los he derramado aquí con frecuencia. Pero no he exagerado en todos estos años. Los escritores, todos, hemos vivido un Armagedón desde hace un decenio que la gente no conoce. En esta situación, la supervivencia no ha favorecido a los mejores, precisamente.

Algunos pocos excelentes han prosperado. Pero el ecosistema ha favorecido el triunfo no de los grandes pesos pesados, sino de formas literarias ligeras y sencillas.

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Cena: Pan tostado con tomate, jamón de York y mayonesa. Un yogur de frutas sin azúcar de postre. Mientras cenaba he visto parte de la película Todo el dinero del mundo, sobre el secuestro de Paul Getty nieto. Ahora, una partidita de ajedrez y una llamada a mi madre.
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Una buena mujer me ha preguntado: ¿La mayonesa es industrial o preparada?

Respuesta: Soy un gran amante de la cocina industrial. Qué asco la comida casera. Huele a Edad Media.

Pero no es mayonesa lo que necesito ahora, sino una editorial.

sábado, julio 18, 2020

Momentos como este fueron el verdadero final del III Reich



Hay muchos nombres para los delitos en los códigos penales. Pero hay uno que resuena con una contundencia sin igual: crimen de lesa humanidad. Es un delito no contra tal o cual persona, sino que se inflige contra la humanidad misma.

Magistralmente, los juristas de después de la II Guerra Mundial determinaron que, cuando ese delito se cometiese, regiría el principio de jurisdicción universal. No solo eso, además son imprescriptibles.

Todo el mundo piensa en el III Reich, pero desgraciadamente los ha habido en muchos otros lugares: en Malui, en el Estado ISIS, en Guinea Ecuatorial (1968-1979), en Uganda con Idi Amín (1987), el Imperio Británico (durante la Guerra Boer, por citar un solo ejemplo de ese imperio) y en otros lugares.

Cuando un grupo o un estado comete ciertos actos, por su misma naturaleza, la agredida pasa a ser la humanidad entera y la humanidad no puede dejar de actuar, no puede inhibirse.

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¿Por qué escribo este post? Pues por un documental que vi ayer. Tantas veces nos parece que no hay justicia sobre este mundo. Pero lo cierto es que, incluso sobre este mundo, la Mano de Dios actúa más de lo que pensamos. A muchos jerarcas nazis, les cayó sobre la tierra una condena que parece bíblica: Le condenamos a morir en la horca, su cuerpo será incinerado y sus cenizas esparcidas... Parece la maldición de un profeta.
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Hoy vi la foto de uno de esos jerarcas nazis de tercera o cuarta fila, agarrarse a un crucifijo (con las dos manos), frente al sacerdote, repitiendo las oraciones que este le recita, justo antes de llevárselo al cadalso. 

Después de los días del orgullo, los días de la retribución. Después de haber llevado con jactancia la cruz de ese anticristo sobre el brazo y la frente, aferrarse al final de la existencia a la cruz de Cristo.

Todos hemos visto miles de fotos y vídeos de esos jerarcas en los días del orgullo. Por el contrario, son poco conocidas las imágenes de los días de la retribución, largas jornadas en las que comieron el pan del dolor mezclado con el agua de sus lágrimas.

Cada uno de los que logró escapar a la justicia humana, solo consiguió una prórroga sobre la tierra antes de comparecer ante el Juez Inapelable. Por larga que les pareciera la vida, solo era una prórroga. Esto vale para todos los que han cometido crímenes contra la humanidad, sean de la ideología que sean, sean del pasado o del presente.
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Ahí está el presidente de China, solo él sabe cuántas cosas lleva a cuestas sobre su conciencia. Una de ellas es la de encarcelar a cientos de miles de seres humanos para obligarles a pensar como él quiere, meter en prisión a cristianos y un largo etcétera. Y le recibimos con todos los honores en nuestros aeropuertos, con banda de música, ofrecemos banquetes en su honor y, al darle la mano, nuestros jefes de Estado casi sin darse cuenta se inclinan un poco.

viernes, julio 17, 2020

La respuesta es "no"



No nos abandonéis. Si nos abandonáis ahora, nunca recuperaremos la libertad. Eso fue lo que dijeron los alemanes del sector occidental de Berlín cuando los soviéticos bloquearon los accesos, les cortaron la luz y daban por supuesto que Occidente tendría que ceder esa zona.

No nos abandonéis. Esa fue la súplica de dos millones de seres humanos que ansiaban vivir en libertad. Y Estados Unidos no les abandonó.

Hong Kong, siete millones y medio de seres humanos, abandonados a su suerte.
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Y alguien, como despertándose de un plácido sueño, se ha dado cuenta de que es en China donde se fabrican los chips.

En el 2018 salió esta noticia porque ya era agua pasada de tres años antes:

Cuando nos roben nuestra libertad no lo harán los chinos, lo harán regímenes débiles para enfrentarse al dragón gigante, o regímenes bolivarianos que nacerán como reacción a la pobreza brutal que se establecerá.

Y podremos repetir, una y otra vez: “Nos lo merecimos, nos lo merecimos”. La anaconda fue rodeándonos con sus giros con nuestra consciencia perfecta. Pero lo mismo que los depredadores buscan presas enfermas, Occidente está enfermo, ya no tiene capacidad de reacción.

Lo he visto en tantos vídeos de Youtube (todavía es libre) cómo el mamífero llega un momento en que se abandona, se deja abrazar.

jueves, julio 16, 2020

En fin...



Hoy hemos tenido en España el homenaje civil a las víctimas de la COVID. Estéticamente, ha sido una ceremonia que queda definida por dos palabras: anodina e insípida.

Y no se piense que estoy en contra de estos actos civiles. Para nada. Entiendo que, en una sociedad como la española, las autoridades quieran tener una ceremonia no confesional, algo común a todos.

Es más, casi prefiero que ellos hagan lo que quieran con su ceremonia laica, para que así nosotros podamos tener nuestra ceremonia católica a nuestro gusto.

Ahora bien, la ceremonia civil ha sido tan descolorida que creo que deberían haber contratado a algún inglés. Los ingleses tienen un don para las ceremonias. Véase la ceremonia del Remembrance Day cada año en Londres.
Si comparamos las ceremonias, una tiene vistosidad, solemnidad; las impresionantes campanas de fondo, el silencio de la multitud... La de Madrid parece una ceremonia que ha sido lavada y que ha perdido el color.

De todas maneras, sí que pienso que la misa de la Almudena debería haber estado regida por un espíritu forteniano. Tal como la hicieron tampoco es para echar cohetes. Pienso que les falta un poco de sentido de la liturgia como marco grandioso estético. Basta mirar los óleos y frescos de la época barroca para entender que esos hombres sí que entendían la ceremonia como espectáculo, como un digno espectáculo. La misa que vimos en la Almudena fue como la misa de cualquier barrio solo que con más concelebrantes.

Post Data: Varias almas me han dicho: "Hubiéramos preferido un rosario. Toda esa ceremonia laica no nos ha quitado ni un día de purgatorio".

miércoles, julio 15, 2020

Acompañando a los mayores

En la foto se me ve leyendo una de mis primeras obras a mi abuelo. Ahora que veo esta foto, me doy cuenta de que mi abuelito tiene cara de ya no poder aguantarme más. La foto es de justo antes que me dijera: Déjame en paz un rato.

--Esta no te ha gustado, pero tengo treinta más.
--¡No, por piedad, no!


Un sagrario como a mí me gusta



En honor a Lucía, aunque sea solo un pequeño detalle, voy a poner algunos apuntes médicos que he sacado de mis lecturas para mi novela de san Pablo.

Se basaban mucho en la teoría de los humores. La sangre producía entusiasmo. La bilis amarilla llevaba a la ira. La bilis negra a la melancolía. Y la flema a la apatía. Los cuatro humores se relacionaban con las cuatro estaciones: sangre-primavera, “bilis amarilla”-verano, “bilis negra”-otoño, flema-invierno. Comentario mío: Con todas estas teorías era mejor caer en mis manos como médico que en las de ellos.

Como anestésico se usaba opio o jugo de amapola que como decía Galeno de esta: Entumece los sentidos e induce a un sueño insensible. Pero él advertía que si uno administraba más cantidad de la adecuada, el cuerpo se enfría y el paciente muere. Comentario mío: Sí, como les digo a los médicos jóvenes: En general, que el paciente deje de respirar es muy mal síntoma.

Otra planta que era muy usada como anestésico era el iosjíamos, que en español se conoce como abeleño. Era otra planta anestésica. Venenosa en cantidades grandes, pero en su medida justa se usaba para los problemas de huesos, reumatismo, dolor de dientes, toses y dolor de estómago. Comentario mío: Aunque suene a broma, los de mi generación, en nuestra niñez, conocimos el “agua del Carmen” que se usaba un poco para todo.

Los médicos romanos hacían mucho uso de la arcilla. La cortaban en tabletas y le ponían un sello, terra sigillata. Traían barros famosos de Kimolos (una isla de las Cícladas), de Quíos, de Samos y de Selinunte. Aunque el más famoso era barro rojo y suave de Lemnos. Comentario: El barro debe ser bueno, porque veo a las mujeres sumergiéndose en bañeras de barro en pleno siglo XXI.

Como era de esperar, también usaban jarabes con áloe o cambronera (que es antitusiva), ungüentos para los ojos, remedios con azafrán, y compuestos más complicados como la triaca que llegaba a tener cuarenta y siete plantas medicinales. Algunos le añadían un poco de veneno de víbora. Comentario: Ni el veneno de víbora ni beber unos sorbitos de lejía protegen contra la COVID.

martes, julio 14, 2020

La pureza de la Iglesia



Hace unos días hablé del tamaño de la Iglesia en el primer momento de la Era Apostólica. Puede verse en este link:

Pero se me pasó mentar una línea de Hechos de los Apóstoles (Hechos 4, 4), donde se afirma: Pero muchos de los que escucharon la palabra creyeron, y eran unos 5000. Ese número no es un número más entre los muchos que se podían haber dado. Mi opinión es que se dio esa cifra para que tuviéramos una idea general de las dimensiones de la Iglesia.

Por supuesto que el versículo no afirma que esos eran todos los bautizados de la Iglesia. Pero sus dimensiones podían ir de 6000 en el peor de los casos unos 9000 en el mejor.

Esa época parece tan maravillosa. Con una Iglesia tan pequeña, con todo tan sencillo, con todo tan espiritual. Es la idea de la infancia. Para mí, fue la época aurea de la Iglesia. Después se fueron acumulando más desviaciones personales, después se le fueron añadiendo más complejidades humanas.

La Iglesia nunca podrá volver a ser esa cosa tan sencilla. Muchas de las complejidades que se añadieron fueron necesarias. Otras añadiduras fueron fruto de la acción del Espíritu Santo.

En el fondo, la película La Misión muestra muy bien esa fe sencilla vivida en una comunidad sencilla, frente a un cardenal opulento rodeado de boato mundano. No digo que esa película sea un producto neutro, ciertamente tiene una cierta ideología detrás. Pero es magistral a la hora de mostrar la realidad de la sencillez divina y la pompa religioso-humana con la excusa de lo sagrado.

No estoy para nada en contra de la belleza ni de tantas otras cosas. Pero el personaje ficticio de Guillermo de Basquerville podría darnos un sermón sobre el tema de la pureza de la Iglesia. Un sermón que sería distinto del de Jorge de Burgos (el bibliotecario) y, por supuesto, que nada tendría que ver con el de Gui, el inquisidor. Dada la personalidad que se dibuja en ese personaje (el de la película), podemos imaginar su sermón cargado de sentido común y honestidad. El personaje de la novela es un personaje mucho menos neutro ideológicamente que el de la película.

Honestidad y sentido común. Porque he conocido a algún personaje que pasa por un héroe eclesial y yo siempre pienso: "Sí, sí, muy santo, pero, ojalá, que fuera, simplemente, mejor persona".