Ya que estos días han
tratado de cuestiones constitucionales, permitidme que os comparta algunos
pensamientos más.
Una pregunta que me he
hecho desde hace años es ¿se deben prohibir los partidos que en su programa
tengan el acabar con la democracia? Esto afectaría a partidos de tipo nazi o de
religiosos que pretendan implantar un califato tipo ISIS, etc.
Después de tiempo pensando este tema, claramente veo que sí. Los partidos que promuevan el fin
de la democracia no pueden beneficiarse de los beneficios estructurales que
supone ser un partido con representación en el congreso.
Las razones en contra de
la prohibición de este tipo de partidos son varias, y algunas dignas de ser tenidas
en cuenta. Pero sostengo que no deben permitirse.
Cierto que una coalición
de partidos puede tener medios para presionar la prohibición de un partido
emergente, amparándose falsamente en esa excusa. Pero la defensa de un partido injustamente
prohibido radicaría en un estamento judicial independiente. Finalmente, todo
acabaría en el Tribunal Constitucional.
Esta como tantas otras
cosas, al final, acaban en ese tribunal. Cómo se constituya ese tribunal
resulta esencial. Yo, en mi libro, ya dije que lo ideal es que esté constituido
por jueces vitalicios escogidos por 2/3 de los senadores. Pero si no es así, que
será lo normal en casi todas las naciones, pienso que la mitad deben ser por
designación del congreso, y la otra mitad por elección de la cúpula del
Tribunal Supremo, que unos veinte jueces decidan quiénes son los más
profesionales para ejercer esa función.