Un lector
escribía:
Padre, acabo
de leer un artículo sobre las conclusiones de Davos 2021 y se me hace que hay
una relación directa con su post. ¿Se animaría a realizar una nueva publicación
relacionando los temas, si es que usted le encuentra relación?
En este blog,
es la primera vez que voy a hablar de Davos. Me parece que nunca tampoco he
hablado del Club Bildelberg. ¿Por qué? En mi modesta opinión, esos foros no
tienen relevancia alguna en el funcionamiento ni de la política ni de la
economía.
Los verdaderos
asuntos, los importantes, los que sí que tienen influencia en nuestras vidas, nunca
se han tratado en esos encuentros, sino en reuniones de las que nadie se ha
enterado ni siquiera muchos años después. Para ahorrar palabras, a este tipo las
llamaré reuniones de hierro, frente a las otras como las de Davos o
Bildelberg que las llamaré reuniones teatrales.
Las reuniones
teatrales son reuniones de mucha gente, no se decide nada, se dan conferencias,
atraen mucha atención mediática, y siempre hay un buen número de invitados.
Las reuniones
de hierro son aquellas a las que no se va a escuchar una conferencia ni una lección
acerca de cómo es la vida y el universo, sino que se va a tomar decisiones. A
esas van los que toman las decisiones y ni una sola persona más. Nadie se
entera, no salen en la prensa. No son reuniones para hacer discursos.
Un ejemplo de
reunión de hierro fue la que tuvo lugar, antes de la crisis del 2008, una noche,
y a la que asistieron el gobernador de la Reserva Federal, el secretario del
Tesoro, el presidente del Federal Reserve Bank of New York y los representantes
de la junta de bancos del FED. En esa reunión ultrasecreta, celebrada a toda
urgencia, se tomaron decisiones para evitar males mayores. No se pudo evitar,
al final, aquella crisis económica tan profunda, que duró años y llevó al paro
a millones de personas en todo el mundo, una recesión con tremendas consecuencias
personales en tantas familias. Pero, en esa reunión y otras, se evitaron males
mayores. Se evitó que la crisis se saliera de unos cauces razonables.
Acerca de esa
reunión, se tienen todos los detalles. De otras no sabemos nada, pero estoy
seguro que, hace bastantes años, se reunió Google con la Casa Blanca y líderes
del Congreso para pactar que se dañase con leyes antimonopolio esa empresa por
razones de interés nacional. Será un monopolio, pero será el oro negro del
siglo XXI. Y ese oro negro estará en Estados Unidos. Estoy convencido de que
esa reunión tuvo lugar.
Seguro que, en los pasados años, ha habido reuniones de hierro. Pero de esas nos enteraremos dentro de varios años.