Como todo el mundo me
pregunta que es lo peor que puede pasar con la guerra en Ucrania, os lo comparto
en este post. Son muchas las cosas que pueden suceder, muchos los pasos
intermedios hasta llegar a la etapa peor en que puede desembocar estar guerra.
Esa etapa peor nunca va a
consistir, directamente, en un ataque nuclear generalizado; sino que en esa etapa
última habría cuatro pasos muy claros y definidos. Cuatro pasos consecutivos en
lo que, sin duda, sería lo peor de lo peor que puede suceder. Esos cuatro pasos
de la etapa cúspide serían los siguientes:
Paso 1:
Uso de armas tácticas nucleares en el campo de batalla.
Paso 2: Impacto
atómico en Kiev o en algunas ciudades ucranianas.
Paso 3: Ataque
no nuclear a alguna infraestructura de la Unión Europea. Por supuesto, el
primer blanco será el gaseoducto que une Noruega con Alemania. Pero también
pueden ser centrales térmicas o cualquier otro objetivo con relevancia en el
campo energético. Es decir, no se trataría de un ataque simbólico, no se
trataría de una advertencia, sino de un daño real grave a la economía.
Paso 4:
Bombardeo nuclear de tres o cuatro capitales europeas.
Alguien pensará si puede
darse el paso 5, una guerra atómica total. La respuesta es no. El impacto de una
bomba como la de Hiroshima en el centro de una capital como París o Londres
supondría tal agujero económico en las cuentas de la nación, que la nación solo
podría ocuparse en sobrevivir.
Bancos quebrados,
empresas volatilizadas, archivos financieros destruídos… no hay ninguna nación
que pueda sobrevivir económicamente a algo así. La economía de Alemania, por
ejemplo, no es ahora la de 1945. Ahora la bola de nieve se haría mucho más grande,
el dominó sería mucho más espantoso.
La palabra “recesión” se
quedaría corta para lo que sucedería. Ni en diez años se regresaría a los niveles
de vida previos a un impacto así.
Una recesión normal,
cíclica, son unos cinco años de destrucción de empleo y de retroceso de la
economía. Esto sería un fenómeno económico a otro nivel.
Dado que Putin el Asesino
está dispuesto a llegar a la etapa cúspide es por lo que es necesario
ofrecer a ese asesino una salida digna de acuerdo a sus fantasías megalómanas.
Dado que, antes o después, nos vamos a tener que detener, es mejor hacerlo
antes.
Los ucranianos han podido
continuar la guerra gracias a las armas de la Unión Europea. Ahora hay que
decirles: “Vuestras vidas valen más que esta tierra”.
Putin pasará y con
alguien más sensato se podrá tratar de recomponer todo. Ahora hay que salvar a
un pueblo entero (el ucraniano) y tratar de que el incendio de ese pirómano no
sea continental.
Alguien puede alegar que
después puede ser Finlandia o Georgia. No, vamos a tratar de arreglar cada
problema conforme vaya apareciendo. No tiene sentido comenzar una guerra
atómica cuando el problema es una sola persona, y esa persona puede resbalar en
la ducha cualquier día. Si para evitar una guerra atómica hay que regalarle el
Polo Norte, pues se le regala. El día después de los funerales a Putin, su
sucesor nos dirá: “Tenemos que hablar”. Porque está claro que la economía rusa
va a ser como la de Mongolia. Su sucesor se sentará en la mesa de negociación y
comenzará diciendo: “Todos sabemos que Putin estaba loco…”. Y a partir de ahí
comenzará el diálogo.
Alguien me dirá que su
sucesor puede ser peor. Vale, es una posibilidad. Pero, como ya he dicho, vamos
a solucionar los problemas uno por uno. Como queramos solucionar todos los
problemas hipotéticos de aquí a cien años, no vamos a lograr nada. De momento,
los problemas reales. Más adelante, podemos ocuparnos de los problemas
hipotéticos.