miércoles, febrero 23, 2022

Dadme a vuestras masas deseando respirar en libertad

 

Si alguno de vosotros conoce a algún youtuber que viva en España (y mejor en Madrid), le agradecería que me diera el modo de contactarle. Hay cosas que me gustaría hacer para mi canal, pero necesito a alguien con el que estar junto a una pantalla para que me lo explique.

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El tema de Putin, los problemas de Ayuso, las polémicas con Biden o Hillary Clinton... Algo a lo que le he dado muchas vueltas es a cómo debería ser el método para transmitir la voluntad popular a los representantes. Es decir, ¿cuál es el sistema ideal para convertir votos en parlamentarios?

El bipartidismo ofrece estabilidad a cambio de que los votantes no se sientan representados. El bipartidismo de España o el Reino Unido siempre nace de un sistema (por ejemplo, con la Ley D´Hondt) que enseña a los votantes que existe un voto útil y que el resto es meramente testimonial. La ventaja del sistema bipartidista es la estabilidad. Ningún país cae en el bipartidismo salvo que el sistema premie a unos votos y castigue a otros.

La ventaja del multipartidismo (como el de Italia o Israel) es que cada uno se siente exactamente representado, pero los gobiernos son inestables y duran poco tiempo.

Alguien podría pensar que lo mejor es combinar el bipartidismo con el multipartidismo, pero la realidad es que al final el congreso se rige por un sistema o por el otro.

Siempre he pensado que lo ideal es un multipartidismo responsable en el que los congresistas elijan a alguien tan digno que su gobierno es estable. Pero hay que reconocer que cada partido (por pequeño que sea) ofrece sus votos a cambio de ventajas concretas a favor de su minúsculo partido. Las mayorías se consiguen a través de concesiones que nunca son para el bien común, porque cada pequeño partido tira en la dirección que le conviene.

En mi libro La decadencia de las columnas jónicas creí que la estabilidad vendría de honestidad y responsabilidad de los congresistas, haciendo que en el congreso haya muchos ciudadanos prestigiosos independientes. Pero siempre me quedó la duda de si el sistema funcionaría. ¿Habría yo pecado de ingenuidad? No lo sé, sinceramente.

Alguien podría sugerir que el congreso sea esencialmente bipartidista y el senado multipartidista hasta el extremo. Lo que sucede es que el que gobierna es el congreso; con este sistema no solucionaríamos el dilema. Aunque quizá sería algo a intentar para lograr que cada ciudadano pueda votar a un partido con el que se sienta representado.

Lo cierto es que este es un dilema apasionante. ¿Cómo transformar la voluntad del Pueblo en un congreso multipartidista, pero que escoja gobiernos estables?

Leeré la sección de comentarios a ver qué sugerencias ofrecéis. Ah, la libertad, qué realidad inmaterial tan maravillosa. Y lo complejo que resulta conjugar la libertad, el método representativo, la consecución de gobiernos estables. Lo complicado que resulta que los representantes del Pueblo escojan presidentes dignos. Pero algún sistema debe ser el ideal, aunque todavía no lo hayamos descubierto. La democracia funciona, y funciona bien, pero puede funcionar mejor. Siempre hay que esforzarse para que funcione mejor.